Romeo & Julieta – Verona (37)
Llegamos a Verona.
El brazuca iba a pasar el día ahí, y despues seguía viaje a Torino.
Me dijo que iba a dejar su mochila en mi hostel, para caminar más ligero,
pero cuando vió que el hostel quedaba muy lejos, y que había que tomarse
un colectivo para llegar, decidió caminar con la mochila. Nos separamos.
Me dijo que seguramente ibamos a encontrarnos despues por la ciudad,
porque es muy chica. Nunca más lo vi.
Me senté a esperar el colectivo 90. Era domingo, y aparentemente no pasan
muy seguido los fines de semana. Luego de esperar una hora, el colectivo
vino. Empezamos el viaje, y yo iba tratando de encontrar en el mapa las
calles por las que pasabamos, sin suerte. Me dió la sensación que me había
pasado, y me bajé en una parada al azar. Encontré unos mexicanos esperando
el colectivo en la parada donde me bajé, y les pregunté donde estaba la
Plaza Isolo. Me dijeron que estabamos en la Plaza Isolo, y agregaron que
si quería ir al hostel tenía que seguir los carteles que estaban ahí, y me
señalaron los carteles.
Empecé a caminar con dirección al hostel, siguiendo los carteles como me
dijeron los mexicanos. En el camino veo a lo lejos una mochilera que viene
bajando la calle. Al ver que yo también cargo con una mochila, me sonríe a
la distancia. Cuando nos cruzamos, me pregunta en inglés si voy al hostel,
y me indica muy amablemente el camino. Me dice lo mismo que los mexicanos,
que hasta las 16 horas no hay nadie en la recepción. Estos tanos… Me
puso contento, verla contenta. Me dió la sensación que si la piba era tan
amable y estaba tan contenta era porque la había pasado bien en Verona, y
había conocido gente copada, y el hostel seguramente estaba buenísimo.
Todas esas cosas que uno se imagina. Llego al hostel, y un cartel me
indica que tengo que dejar el bolso en un costado hasta que la recepción
abra. Voy a la sala de estar, y veo un cartel que indica dónde queda la
cocina. Muy contento, por poder nuevamente cocinar, camino hacia la
cocina, pero la puerta estaba cerrada. La cocina era solamente para el
servicio de restaurant, que ofrecía una cena de 10 Euros para los
huespedes. Uh, garrón.
A caminar. Tenía hambre. Bajo la calle, y empiezo a buscar algún lugar
para comer algo barato. Estaba todo cerrado. Siendo domingo… Encuentro
un bolichito, que no parece muy caro. Le pregunto a la encargada del lugar
qué se puede comer, y me señala unos sandwiches. Estaba podrido del pan
ya, pero bueno, tenía hambre. Despues del sandwichito, con el que me pasé
nuevamente del presupuesto, siendo recién el mediodía, caminé un poco al
azar. En esta caminata encontré un grupo de gente que estaba filmando un
videoclip. No conocía a la cantante, una tana responsable de una canción
horrible. Si aparece dentro de poco un videoclip de una mina vestida con
muchos colores dando vueltas en una especie de terraza con un tipo vestido
con un sobretodo negro, y otra mina vestida de negro por detrás, con
gaviotas volando por alrededor, bueno… yo estaba ahí. Seguramente va a
aparecer porque parecía una música muy chota y pop. Volví al hostel,
cansado y de mal humor. Me senté en una mesa del comedor, y me quedé
dormido sobre la mesa. Desperté a las 16 horas, fui a hacer el checkin,
pero me dijeron que recién a las 17 horas abría la recepción. O sea, había
que salir del hostel a las 9:00 de la mañana, y recién se podía volver a
las 17 horas. Creo que ya les conté que me gusta hacer de cada hostel un
“hogar”, pero como mierda puedo hacer un hogar de un lugar en el que no me
dejan estar 8 horas del día. Una cagada. Bueno, una hora despues, pude
hacer el checkin y subí al cuarto. Luego de atravesar un largo pasillo,
empiezo a sentir un olor a mierda terrible. A mi derecha estaban los
baños, y a mi izquierda había otro pasillo con las habitaciones. Dejé la
mochila.
Bajé a recorrer un poco la ciudad, para levantar los ánimos. Fui al
balcón de Julieta, en el cual aparentemente se inspiró Guillermito
Shakespeare. El balcón desemboca a un patio. La hermana de mi abuela,
Monda, me contó que hace unos cuantos años fueron con mis abuelos a
Verona, y mi abuelo Elie se paró en el patio mirando al balcón, y empezó a
gritar “Romeo!, Julieta!, Salgan!!, Vengan!!!”, y que la gente se le
acercaba y le decía “Pero señor, Romeo y Julieta son de una historia nada
mas…”. Que limado…
Me fui para la Plaza Brekk, que no se que simbolismo tiene. Vi las
puertas de la ciudad. Estaba repleto de turistas, casi no se podía
caminar. Todos los lugares eran carísimos, imposible cenar en ninguna
parte. Empecé el retorno al hostel, y en el camino, ya cansado de caminar,
encontré una pizzería que vendía por kilo. Excelente. Domingo a la noche,
pizza. Costaba 1 Euro los 100 gramos. Me pedí 400 gramos de una pizza
riquísima. Me atendieron muy bien, los tipos me parece que eran los dueños
del lugar, muy amables y agradables. Me levantaron los ánimos. Despues
salí para el hostel, y resulta que compartía la habitación con los dos
mexicanos que me indicaron cómo llegar al hostel desde la Plaza Isolo.
Eran padre e hijo. El hijo era médico y trabajó bastante tiempo en el
Hospital Italiano en Bs As. Le encantó nuestra ciudad. Me tiré a leer un
rato a Orwell. Entre las primeras páginas del libro, aparece algo que me
preguntó Jony “I can’t make head or tail of it”. A dormir.
15/03/04.
A las 8:15 desperté. El checkout era a las 9:00. En ningún otro país los
checkouts son tan temprano como acá. Es increible. Te rajan a las 9 y no
podés volver hasta las 17. Encima en los otros hostels el checkout es
generalmente a las 11, salvo en algunos en los que es a las 12. Los
lockouts (horarios en los que no se puede estar en el hostel), en otros
paises, casi no existen, y en los hostels en los que existen son entre las
11 y las 14 horas nada más. Bajé a desayunar rápido, tratando de meterme
lo máximo posible en el estómago lo más rápido posible para alcanzar a
bañarme. Armo unos sandwiches que nunca se sabe cuando pueden llegar a ser
útiles, y hago el checkout antes de bañarme. Subo, me doy una ducha a las
apuradas, y escucho gritos de “Pablo!”. Supongo que había alguien
laburando ahí que se llamaba Pablo, pero en el momento pensé que me iban a
sacar de los pelos de la ducha por excederme del horario de lockout.
Emprendo el camino a la estación. Me siento a esperar el colectivo, y una
señora muy amable que me ve con la mochila me pregunta si voy a la
estación, y luego de mi asentimiento, me indica que me tengo que tomar el
colectivo que va para el otro lado. Menos mal, que boludo. Cruzo la calle.
Una señora con su nieto esperan un colectivo también. Le pregunto cuál me
tengo que tomar para ir a la estación, y me indica el 73. Me hizo acordar
a mis abuelas. He visto a muchas abuelas con sus nietos, pero esta
particularmente me hizo acordar a ellas. Quizás porque interactué con
ella. Me subo al 73. Estaba contento, inspirado, de buen humor, todo
junto. Me puse a pensar en el guión, y tuve algunas ideas que me gustaron.
Compré el ticket a Lago Como.
Me senté a esperar el tren en una sala con un televisor gigante. Estaban
pasando las noticias, y me sorprendí al ver que Zapatero era el nuevo
presidente electo de España. ¿¿No habían cancelado las elecciones despues
del atentado??. No estaba seguro si había entendido mal el italiano.
Despues me confirmaron que habían ganado los zurditos. Quizás empiezan a
cambiar las cosas en Europa. Blair, Berlusconi, Girac, Aznar… ya era
mucho. Faltan Mussolini y Hitler y armamos partido.
Estoy leyendo algunas anotaciones en la libreta para acordarme qué es lo
que hice esos días. La siguiente anotación dice: “El Pelado debe ser
italiano. Todos son metrosexuales. Todos usan anteojos de sol todo el
tiempo, hasta de noche. – 15/03/04”.
Me pregunto en cuánto habrá influido el atentado en España en el
resultado de las elecciones. Seguramente influyó muchisimo. Ahora las
tropas españolas van a volver a su país, creo haber entendido del
noticiero tano ese. ¿¿Entendí bien??
A cualquiera que vaya a Barcelona, que lea Homage to Catalunia de Orwell,
e imaginese las calles y los hoteles de los que habla el tipo en el libro
llenas de gente con consignas revolucionarias; los anarquistas, los
comunistas, los del poum, todo… debe ser increible. Ir a los hoteles que
el tipo nombra, e imaginarselos en esa época.
Llegó el tren. El recorrido es: Milano, cambio de tren: Lago Como. La
verdad es que no estaba del todo tranquilo yendo a Milano despues del
atentado. No es la ciudad más recomendable para ir en tren. Cuando estaba
por llegar, bajando la velocidad, sentí una especie de minicagazo. Compré
un yogur en un supermercado de la estación, me comí un sandwich de los del
desayuno, cambié el ticket de InterRegular a InterCity, porque el que
tenía no servía para ese horario a Lago Como. Me subí al tren, y despues
de comerme el yogur, vino el guardia y me dijo que estaba en la primera
clase y tenía que irme a segunda. Mierda. Mochila al hombro… a
segundaaaaa.
Llegué a Como. Basta. Despues sigo.
Saludos.