Honduras (Mail 2)

Hoy me desperte con una pluma de ganzo en la cola…
Se que son mails largos. Curtansé vieja.
UTILA.
Tengo que seguir con un poquito del barco.
Pere (catalán) iba a hacer buceo. Ambos amaban Argentina, por haber pasado bastante tiempo allí de vacaciones. Albert había hecho el curso de buceo hasta advanced en Puerto Madryn. Dicen que Utila es el lugar más barato del mundo para hacer buceo. Pere iba a pagar 190 dolares para que le den el título hasta 18 metros de profundidad. Nos pareció una locura, pero cebandonos mutuamente, cinco minutos despues, ya estabamos decididos a hacerlo. Qué flasheros vieja. Ya teníamos todo planificado. Jony había renunciado a su reproductor de mp3 – que se iba a comprar con lo que le sobre de este viaje – para hacer el buceo. Llegamos, y se nos tiraron encima muchas personas ofreciendo el curso. La cuestión es que los precios habían aumentado y ya no costaban lo que indicaba el LonelyPlanet, ahora estaban en 230 dolares!. Se nos pinchó el sueño, ya era demasiado. Un gasto sin planificación así, pero bueh. Un poquito de playa caribeña tampoco iba a venir mal. Lo curioso de este lugar es que está dedicado casi exclusivamente a que mochileros aprendan a bucear, lo cual era muy curioso. Elegimos como hostel el Cooper´s Inn, o algo así. Nosotros dormíamos en la habitación 9, y los catalanes en la 8. Tenía cocina, lo cual nos permitió ahorrar bastante. Ok, ducha caliente no tenía, pero ya era demasiado seguir sin bañarnos. Salimos a buscar alguna escuela de buceo más barata. Entramos en varias, cada una nos contaba qué ofrecía. Una tenía pileta para los primeros ejercicios, y una sala de descompresión – única en la isla -. Nada, el consejo de buceo establecía los precios y eran todos iguales. Fuimos a la playa.
Qué lindo mar por fin!, hermosas aguas transparentes!. Ahhhhh….. aaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhh… perfeeeeecto.
Nos tiramos un rato, descansamos, leímos… tranca.
Cocinamos un pollo a la sartén, muy bueno, con verduras… quedó joya. Pusimos algo de música – traje los parlantes al viaje -. Algunas personas estaban estudiando, pero nos autorizaron. ¿Estudiando?, sí… para lo de buceo. Tenían que leerse un libro bastante groso, aunque decían que muchisimo de lo del examen era de sentido común. Teníamos planificado armar una gran fiesta esa noche, inicializada en el hostel, con calimocho, música, etc… y después salir a donde sea de la isla. No recuerdo qué hicimos por la tarde, si fue siesta o qué, pero volvimos de hacer las compras del super, y al no haber curtido a la gente desde temprano, ya se habían ido a dormir todos, a eso de las 21 horas. Cocinamos, con algo de música – nos pidieron que bajemos el volumen! – y nos fuimos a dormir.
Al otro día amanecimos en tranquilidad. Decidimos conocer un tanto Utila, por lo tanto, tanteamos alrededor. En realidad esto lo habremos hecho despues de un substancioso almuerzo, pero quién sabe qué hicimos por la mañana. El paseo se desató los cordones y se tropezó. Salimos del Cooper´s Inn hacia la izquierda, llegamos a un hotel ubicado junto al mar, compramos una cervecita, y seguimos caminando. Hicimos una recorrida semicircular por la isla, es decir, hicimos el lado Este, y volvimos por el centro. Muy copada caminata, de unas 2 horas. Terminamos en la playa del lado SurOeste, en donde nos encontramos con una argentina de nombre Clarisa, que habíamos conocido, con pocas palabras mediante, en San Pedro. Simpática y bonita la porteña, con flasheos de irse a vivir al bosque marplatense. Nos recomendó Ometepe – nuestro próximo destino nicaraguense -, charlamos un rato de esto y aquello, pero fue más fuerte que nosotros el sonido del roce de una hermosa pelota de futbol sobre la arena caribeña. Como perros desesperados comenzamos a correr detrás de la pelota. Desafortunadamente no entendieron que nos urgía jugar, y tuvimos que esperar a que pierda uno de los dos equipos de 3 que se habían conformado entre locales  de Utila, para elegir al mejor de los perdedores para que juegue con nosotros desafiando a los ganadores. Poco he hablado de las culturas centroamericanas en mis relatos. No estoy seguro si hay demasiado que contar. Hay cosas que sí son sorprendentes, como ser el idioma de algunos locales en ciertas zonas, mezcla de inglés, español y nosequé, denominada Garífuna. De todas formas Clarisa nos dijo que lo que hablaban en Utila no era Garífuna, sino un inglés estilo jamaiquino. Puede ser. Obviamente, somos argentos, así que los bailamos. Lindo doparti. Los mosquitos nos mataron. En serio. Bueno, en serio no… no nos mataron, pero nos picaron mucho. Se cagan de risa del repelente los hijos de puta. Ah!, ya me acordé qué hicimos ese día por la mañana, o por lo menos una de las cosas que hicimos. O quizás fue al día siguiente. No se. Me acaba de llegar el pollo al curry así que escribo un poco apurado, vieja. Curtanse.
Bueno, ese día o el siguiente fuimos a Jade Sea Horse, un bar estilo Gaudí, con algo de la Alhambra (arabe, claro), increible… quedaba bastante colgado en una isla con no tanto turismo de guita un lugar así tan detallado… mostraría las fotos pero no tengo más la cámara, aunque primo tiene varias (fotos).
Emmm… creo que volvimos a almorzar al hostel, nos encontramos ahí con Albert (Pere se habia ido a bucear). Lo llevamos a la tarde al Jade Sea Horse a conocerlo y se quedo fascinado tambien. Volvimos al hostel, y nos quedamos toda la tarde ahí, viendo a la gente pasar, charlando, etc. Pegamos muy buena onda con Non (Aleman descendiente de vietnamitas) y su novia alemana Katrin, quien habia vivido un año y medio en Baradero, Buenos Aires. De golpe sacaba una palabra en argentino puro, como un “ta bien”… pero su acento era primordialmente Costaricense, por haber vivido también como un año en Costa Rica. Muy buena onda con los dos. Ella estaba buenisima. A Jony le gustaba él.
Esa noche Albert se fue a pescar, y volvió con algunos pescados que no tenían tan mal sabor. Cenamos eso con alguna otra cosa que preparamos nosotros (fideos creo). Muy buena onda con ellos.
La isla estaba repleta de yanquis fanaticos de Bush. Es mas, hay un “Bush’s Supermarket”, asquerosos todos. Con sus gorritas texanas, sus panzas horribles, su mezquindad y forma de hablar republicana. Uh, se politizó el mail vieja. Let’s keep it simple. Keep it real. Emmm… que decia?, me perdi. Pero mas o menos…
Al otro día en realidad fue lo del Jade Sea Horse, me equivoqué. Así que el día anterior nos quedamos realmente todo el día en el hostel charlando. Ok, no se.. yendo al Jade Sea Horse nos encontramos con Non y Katrin, que volvían del hostel de unos amigos alemanes; como sus amigos no estaban listos para cenar, nos dijeron de ir con nosotros. Les dijimos que estaba todo ok, pero que teniamos que esperar a los catalanes que se habian ido a ver un video de buceo para el curso. Volvimos al hostel, esperamos un monton a los catalanes, y como no llegaron se fueron Katrin y Non. Al rato nos fuimos nosotros y les dejamos una nota.
Cenamos pescado en un restaurante a unos 200 metros del Cooper’s Inn (nuestro hostel). En una mesa cercana a la nuestra, se sentaba un grupo bastante numeroso. Lo recordamos porque habia una rubia de rastas muy linda; lo menciono porque a su lado se sentaba Henry, un yanqui de aspecto bastante curioso, muy alto, cara de naipe al estilo danizelmaniana (me refiero a cuando ponés esa cara, Dani). Se lo comenté a Jony: “mira que raro ese pibe”… despues formara parte de nuestra historia.
Al rato cae Albert, y se pide una cerveza. La pagamos nosotros, como siempre con Albert… el chabon era una masa. En realidad se iba a quedar un monton de tiempo, iba a sacar para ser profesor de buceo, etc, pero le cobraron una fortuna de algo del gobierno y se iba a tener que volver en 15 días. Bueno, de ahí fuimos a comprar una botella de vino, pero la relación precio/calidad no nos cerraba, por lo tanto terminamos comprando una botella de ron, grande. La idea era emborrachar a todo el hostel para que no se vayan a dormir a las 21 y haya fiesta vieja. Caímos en el hostel con la botella, y ahí estaban Non con Katrin, y con todos sus amigos alemanes (y una holandesa). En la mesa debían ser 10 alemanes, 2 judíos, 2 finlandesas y 2 catalanes. Muy buena onda.
Por la tarde habíamos tenido una conversación con Katrin, acerca del holocausto y como es tratado ahora en Alemania, y nos contó que insisten tanto en la escuela en enseñarles lo terrible que fue, que ya no se lo bancan más. Todos los alemanes que conocimos son una masa, en serio.
Bueno, que comience la fiesta pues. Todo empezó con un juego propuesto por Non, en el cual una persona de toda la mesa tenía que efectuar una serie de movimientos rítmicos que toda la mesa seguía, primero golpeando sus pantorrillas con la palma de sus manos, luego aplaudiendo, y luego colocando alternadamente cada una de sus manos a los costados del cuerpo, diciendo el número que le correspondía en la mesa, y un número seleccionado por esta persona. Aparte de los números estaban Jefe y Fitze que eran los dos primeros. Bueno, no se entendió nada, pero era algo así. El que la pifiaba con los movimientos, o con los números, se bajaba un shot de ron. Bueno, se terminó el ron de los alemanes y ya estabamos todos bastante animados. Ahí cambiamos a comando pimbale… abrimos nuestro ron, al rato se terminó, y ya estabamos todos bastante borrachos. Alguno fue a la cocina a buscar algún resto de alcohol, y encontraron algo transparente en una botellita de plástico que decía TIKAL, probablemente era alcohol de tomar, pero lo mezclabamos con coca cola y servía como prenda para el que perdía, en este caso, al 21 (el menor número y los que se pasaban de 21 tomaban).
De ahí salimos todos, como un grupo de 15, para una fiesta en el Bar in the Bush, o algo así. En el camino nos encontramos con 3 flacos de habla inglesa que iban a ese boliche en el autito de uno de ellos (uno de esos autitos que se usan en los campos de golf), o sea, muy chiquito. Pueden imaginarse a por lo menos 6 de nosotros, sumados a 3 de ellos en un autito de golf, saltando y cantando, al ritmo del final de Vasos Vacíos, LO LO LOoooo… LO LO LO LOOOOO… lo hicimos mierda, pero al flaco ni le importó.
Entramos al boliche… y de eso mejor olvidarse, salvo algunas partes. Nos encontramos con 4 argentinas, y descontrolados las abrazamos… fue muy gracioso. Buena onda hablar y que te entiendan de toque, sin tener que estar pensando palabras comunes en español, sin tener que estar cuidando de no pronunciar la doble l o la y como shhh… etc. Buenisimo. Eran chetitas, 19 años, de San Isidro. Habían estudiado en el Goethe. Non nos invitó una ronda de tequila. Yo le dí el mio porque ya era demasiado, y el tequila me mata.
Ah, va a haber venganza.
Si a la banca, en el 21, le tocaba black jack, podía elegir a alguien de la mesa para que haga fondo blanco con el shot de ron, y el hijo de puta de Jony me eligió. No tiene códigos.
Bueno, nos quedamos como hasta las 4; al otro día el barco salía a las 6:20. Las argentas nos invitaron a pasar por su casa; estuvimos un rato ahí charlando, tomando mate. Jony se puso caladryl por las picaduras de mosquitos. Habremos llegado a las 5:30 al hostel, y nos despertamos a las 6:30, tarde. Corriendo agarramos todas las cosas. Las cañas de pescar que nos había regalado Albert, todo a los repedos. Si perdíamos ese barco estabamos en problemas. Queríamos llegar a Tegucigalpa esa noche, para seguir camino hasta Managua y luego a Granada, y eran muchas horas.
Corrimos al bote, y todavía estaba ahí. Por suerte todo sale casi siempre tarde, así que llegamos. Ah, la resaca mezclada con el estado alcoholico que tenía era inexplicable, y para colmo subirnos a un barco, mareos, resaca, dolor de cabeza; terrible. Aparte habíamos dormido 1 hora. Llegamos a La Ceiba, y yo ya me estaba arrastrando. De ahí nos tomamos un Taxi hasta la estación de micros, donde compramos un boleto para Tegucigalpa. Lamentablemente ya se habían vendido todos los boletos para las 9 de la mañana, así que ibamos a viajar a las 11. De todas formas estuvo bien así, porque nos dió la oportunidad de desayunar algo y calmar un tanto la resaca. Salió el micro, viaje relativamente largo. Llegamos a Tegu, y no recuerdo muy bien cómo caímos en el hotelucho al que fuimos. Sólo recuerdo que era horrible. Le preguntamos a la mina si tenía agua caliente, y otra vez, como en un deja vu, nos dice: “No, tenemos HELADA”, y se caga de risa. Ah, buenisimo, nos quedamos entonces. Ya llevabamos unos 10 días sin agua caliente. Dejamos todo en el cuarto, y salimos a cenar. Enfrente del hotelucho habia un restaurantucho que no estaba tan mal. Calentaban un pedazo de pollo en el microondas. Buena onda. Volvimos, y a dormir, estabamos muertos. El único problema fue que un segundo antes de dormirnos, Jony vió algo negro que se movía atrás de su mochila: una rata. Bueno, no fue muy agradable dormir con una rata en el cuarto… y eso sumado a los ruidos de muchas ratas atrás de la pared y en el techo con sus malditos chirridos. Bueno, cuando digo que el hotelucho era horrible no era sólo por esto: también estaba muy sucio, descuidado, la gente que dormía ahí eran todos borrachos vagabundos; muy bueno.
Al otro día nos cepillamos rápidamente los dientes y salimos. El bus para Managua salía a las 9 de la mañana, y queríamos estar a las 8:30 para asegurarnos un lugar, y en lo posible para tomarnos luego un micro desde Managua para Granada (una hora más).
Un mail atrás dije que algo malo había pasado; en el siguiente mail les cuento cómo viajamos hasta Managua, y qué fue lo que ocurrió.
Abrazos.

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