Honduras (Mail 1)

Ok, entonces…
Llegamos a Copán.
Basándonos en los comentarios de una gorda insoportable que hizo que Jony se maree en los últimos minutos del viaje – la mina laburaba en turismo y le iba recomendando lugares para que visitemos, incluyendo con muchisimo detalle precios y demás – y en el LonelyPlanet, decidimos elegir la Iguana Azul como hostel para pasar aquella noche. No nos fue fácil decidirnos a quedarnos acá en Copán porque Jony ya estaba un poco cansado de las ruinas, pero nos pareció que Copán había que hacerlo. Dejamos las cosas en el hostel, e hicimos un poco de tiempo para resguarnecernos del sol que estaba fuertisimo. Salimos para las ruinas.
Valor de la entrada: 10 Dolares. En el camino pensabamos que sería genial colarnos, pero apenas llegamos notamos la dificultad de la misión: todas las ruinas estaban rodeadas por alambres de púa. Por lo tanto, comenzamos a caminar hacia lo que creíamos que era la entrada: una “barra” cuadrada con un tipo un una mina en el centro, que suponíamos serían los que vendían o pedían entradas. A los costados de este cuadrado, estaban de un lado la salida y del otro la entrada, según los carteles que se desprendían de sus respectivos techos. Comenzamos a caminar hacia la entrada, haciendonos los distraídos; los tipos seguían charlando. Vemos un libro de visitas y escribimos nuestros nombres. Esperamos unos segundos ahí, al lado del libro, en la entrada, para ver si nos decían algo. Un segundo despúes comenzamos a caminar adentro de las ruinas, pensando que debía haber otra entrada, sin entender en absoluto que es lo que estaba pasando. “Caminá despacito, disimuladamente”, nos decíamos. 10 dólares, y aún más en esta instancia del viaje en la que ya estabamos comenzando a ratonear al máximo, eran un monto importante. La primer semana de viaje, en la cual alquilamos el auto, habíamos gastado una fortuna. Nos dabamos todos los gustos. No tardamos mucho en darnos cuenta que habíamos gastado la mitad de lo que pretendíamos gastar en todo el mes, en apenas una semana. Ajustamos los cinturones entonces. A los pocos minutos de caminar dentro de las ruinas, terminamos de convencernos que definitivamente nos habíamos colado. Sweet, como diría Henry.
Ok, ¿las ruinas?. Fundamentalmente no nos impresionaron mucho. Creo que coincidimos con Jony en que estas cosas, construcciones de civilizaciones antiguas, no nos llaman demasiado la atención. A mi me sorprende que no me llamen la atención, pero bueh. Lo único que me impresionó realmente fueron unas escaleras: cada unos 10 escalones había una escultura representando a algún capo maya. Me paré a mirar toda la escalera y realmente me impactó. Al lado mio se paraba una mina y empecé a delirarla. “Que increible, no?”… ahí la mina empezó a hablar acerca de lo increible que era, etc… Con Jony veníamos jodiendo acerca de los típicos comentarios que se hacen cuando uno ve cosas como estas, del estilo “Es increible que una generación tan antigua haya hecho algo tan moderno”, burlandonos de todo esto. Así que decidí decirle justamente eso a la mina, y se quedó impresionada por como coincidiamos. Fue gracioso. De todas formas esta escalera me había impresionado en serio, iconoclastas.
Ok, salimos de las ruinas, en el camino pasamos por un barcito muy lindo donde tomamos yo un licuado de maní y banana (es pec ta cu lar), y Jony una merienda con huevos, frijoles, arroz, etc. Bueno, lo del ahorro iba en serio, pero tampoco para no merendar. Igualmente ibamos a comprar unos pochoclos y nos contuvimos. Qué espíritu vieja.
Volvimos al hostel, leimos, dormimos. Me enganché con La Insoportable Levedad del Ser… venía enganchadisimo pero ahora ya no tengo más el libro. Maldición.
Salimos a cenar, y la misión parecía complicada: ya eran como las 21 horas y es jodido cenar en centroamerica tan tarde. Qué horarios manejan dios. Nada, comimos. En la mesa de al lado varios yanquis hablaban de política. Uno de ellos (este creo que era inglés) discutía con una minita diciendole que si un país como Iraq no tiene intervención, seguirían oprimiendo al pueblo y nunca podrían ser felices o algo así. Nos fuimos a la cama, y al otro día nos levantamos tempranito para salir hacia San Pedro Sula, en donde hicimos combinación despues de esperar unas horitas hacia La Ceiba. El micro iba bastante vacío así que pudimos dormir. Conocimos a un local de La Ceiba que volvía de visitar al hermano en Guatemala, que estaba muy orgulloso de su ciudad (La Ceiba), quién sabe por qué. Habíamos leído en mi LonelyPlanet (que no tengo más, dicho sea de paso), que las excursiones de Rafting incluían una noche en algunos alojamientos en Ceiba. Llegamos a eso de las 19 horas y empezamos a buscar una agencia de turismo porque queríamos darnos el gustazo de hacer rafting en centroamerica, pero no encontramos la que estabamos buscando, por lo tanto, decidimos buscar un hotelcito para pasar la noche, y salir a la mañana temprano en el barquito hacia Utila, una isla al norte de Ceiba, rodeada de oceano atlántico, y quizás a la vuelta hacer rafting. Le preguntamos a un hombre estacionado en un semáforo cómo llegar a La Zona Viva, barrio que nos habían recomendado para pasar la noche por tener bastante movimiento y fiesta. El tipo nos dijo que nos subamos atrás, que nos llevaba. Qué lindo es ahorrar esas energías y poder disponer de ellas para cosas más importantes, como ser la fiesta de la noche. La Zona Viva nos impresionó realmente. De lo más feo que habremos visto en nuestra vida. Más muerto que mazufri. Impresionante. Entramos en un hostel, nos pidieron 5 dolares a cada uno, pero era horrible. El tipo nos dijo que estaba vacío, como diciendo: “acá van a tener mucha tranquilidad”, pero nosotros estabamos buscando fiesta vieja, si somos argentos. Nos fijamos en el hostel de al lado, y también muerto. Ok, caminemos pues. Abrimos el Lonely, y seleccionamos dos opciones. Comenzamos la caminata, con las mochilas en los hombros. Elegimos finalmente el hostel San Jorge, o algo con “San”… nos acompaña la mujer a la habitación, y le preguntamos si el agua de la ducha era caliente (en Copán no había y hacía mucho frío para bañarse). La mina nos contesta, como ofendida: “NO, el agua es HELADA”. Pero el tono que usó la mina fue genial, como defendiendo la increíble y única propiedad de su hotelucho de tener agua HELADA. Cuando digo única, lo hago refiriendome a sus dos sentidos, porque no tenía demasiadas propiedades. Bueno, decidimos esperar hasta Utila para bañarnos, total eran un par de horas más. Realmente apestabamos. Fuimos caminando hasta un restaurante chino cercano a la Zona Viva, que seguía muerta. Ahora que releo esta parte del mail, se me ocurre que a lo mejor la zona estaba muerta por nuestro olor. Sigue el relato. Una ciudad muy curiosa, como abandonada. El restaurante chino también parecía abandonado, pero aún así estaba bien cuidado. No se por qué daba esa sensación de abandonado si estaba bien cuidado, no me pregunten. Arroz con camarones para mi, camarones empanizados podridos para Shhhony. A dormir. Pueblo de mierda, es asqueroso. Si van para esos pagos, intenten viajar directo a Utila (creo que el último barco sale a las 14 hs, así que es complicado). Ok, amanecimos, compramos algo para desayunar en un super, nos tomamos un taxi, y fuimos al puerto. El boleto costaba 20 dolares, por media hora de viaje. Reputeamos a los cuatro vientos, a lo Forrest Gump, y dios tampoco se animó a darnos vuelta. Sí, dios con minúsculas loco, porque soy argento. Salimos en el barco. Conocimos a Pere (se pronuncia Pera, porque en catalán hay letras neutras), y a Albert (se pronuncia Albert, no se por qué). Bueno, obviamente catalanes, muy capos. Albert parecía salido de los 70: camisa, boina, los rasgos, la cara… muy curioso. Tenían 27 y 28 años. El viaje estuvo copado. Son esos momentos del viaje en los que nos decimos Nosotros Dos No Tenemos Ningún Problema. Momentos grosos. Tomando sol en el techo del barco, viendo el paisaje, esperando simplemente llegar para disfrutar un poco de una hermosa playa caribeña…
Los dejo aquí, y seguiré pronto con más relatos centroamericanos, probablemente luego de una ducha, una cervecita, …… etc.
Au revoir mon amis.
Pablo.

Similar Posts

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *