Ultima noche en Bélgica (26)

10/02/2004. Dos meses en Europa.
Por la tarde, luego de enviar el mail titulado Barcelona #2 (el primero
sin numeración), caminamos a un hostel a ver si tenían teléfono público
que se pueda usar con tarjeta de crédito, porque era el cumple de la
abuela de Sequi. No tenían. La barwoman le servía una cerveza a un flaco.
Termina de servirla, y mira el vaso, que tenía pedacitos de algo verde. Le
saca la cerveza de la mano, y la tira por el desague. Abre otra y nos
explica que si tiene esas cosas verdes te da dolor de cabeza. Tenía 12
grados de alcohol la mierda esa. Volvimos al Snuffel Sleep In, y la cocina
estaba llena de argentinos: Nico y Lucre, Paula y despues llegaron Martin
y Nadia. Charlamos un buen rato en la cocina. Nicolás había estado
trabajando un mes y medio en Andorra, y despues salió a recorrer Europa.
Martín y Nadia, dos moishes de unos 20 años que habían estado en Briá, muy
copados. Paula, otra piba de montañeses… unos 22 años. Lucre y Nico, 20
y 25 años aproximada y respectivamente. Con Nico nos tomamos un par de
cervezas, 2 que compramos en la barra, 3 que tenía guardadas de la tarde
en la heladera… Martín y Nadia habían guardado algo de Amsterdam. No se
podía fumar en el comedor, así que subimos a uno de los cuartos, donde por
supuesto estaba permitido fumar. Antes cenamos unas hamburguesas con
Sequi, buenisimas. Quemadas por fuera y crudas por dentro, como nos
gustan. Sacamos muchas fotos en ese cuarto. Salimos a un bar, donde
estuvimos un rato charlando, bailando, yo me tiré en un rincón, cosa que
uds saben que acostumbro hacer seguido. Pasaron Lucha de Gigantes, la
canción de Amores Perros, cosa que me recordó otros tiempos, otras épocas
como diría unos días despues Mati Wolos en París. A dormir.

11/02
Desayuné con Nadia y Martín, mientras Sequi se despedía cordialmente de la
cama. Una pareja muy copada, de verdad. Muy agradables. Caminamos hasta la
estación. Martín y Nadia nos acompañaron una parte del camino. Tren a
Bruselas (una horita nomás), donde fuimos a comprar comida para aguantar
el viaje en micro a París. Sequi se compró un jabalí, para comer después
sentado alrededor del fuego en La Galia con el bardo atado a un árbol.

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