29 días sin Zapatillas
¿Vieron que el orden de los factores no altera el producto?
Bueno, eso no tiene nada que ver con lo que voy a escribir.
Antes que nada, no puedo leer ningún mail porque los bits y bytes en
el amazonas viajan en barco. Es increible lo que tarda en abrirse la
página de gmail o de hotmail.
Cuando el primo me pasó a buscar aquella mañana en taxi, bajé en
pantalones cortos y ojotas. Mis zapatillas iban cómodamente envueltas
en una bolsa de Coto en mi mochila. Allí siguen, pero es interesante
ver al final del viaje el orden de las cosas que se encuentran dentro
de la mochila. Abajo de todo quedaron las zapatillas, mientras que
arriba de todo quedó la hamaca paraguaya, y algunas pastillas que
contienen: paracetamol, pseudoefedrina (sí, la del Diego), ibuprofeno,
amoxicilina y tropicur. La mierda, maldito amazonas. Estoy volviendo
con todas las enfermedades, les aviso.
Bueno, llegamos de Recife a Fortaleza. Eran las 6 de la mañana.
Averiguamos por micros a Jericoacoara, y por micros a Belén. La idea
era Jericoacoara por dos noches, y despues volver a Fortaleza y ya
tener los pasajes para Belén. Había un par de cuestiones a tener en
cuenta: no teníamos Reales, y el micro para Belén salía a la 1 del
mediodía, mientras que el de Jericoacoara llegaba a las 5:30 AM.
Conseguimos que el tipo que vendía los pasajes para Jericoacoara nos
cambie dólares a un cambio horrible, por más que buscamos mejor cambio
por todas partes. Compramos los pasajes de ida y de vuelta a
Jericoacoara, y el de ida a Belén. El tipo que nos los vendió nos dijo
que iba a ir a esquiar a argentina dentro de poco con los hijos, que
le encantaba nuestro país, y que iba a usar nuestros dólares que nos
cambió a 1,60 para hacer ese viaje el hijodemilputas. También nos dijo
que en nuestro micro viajaban 8 argentinas muy lindas, lo cual despues
del morro de sao paulo poco nos importaba, por lo cansados que
estabamos de ese tipo de argentinas que van a ese tipo de lugares con
sus valijas gigantes para quedarse 15 días en el mismo lugar.
Bueno, salió nomás el micro. Buen servicio esta gente de Redencao.
Agradable gente, creo que hasta pusieron una pelicula en el viaje. Ah,
cuando sacamos el pasaje para Belén (viaje de 25 horas) preguntamos en
la ventanilla si pasaban pelis en el micro y el tipo nos respondió con
un NO seco, pero seguro respondió por responder y no tiene idea.
Bueno, voy a tratar de resumir un poco. A las 6 horas del viaje
Fortaleza -> Jeri, uno cambia del micro a un camión que te lleva por
las dunas. Conocimos a una profesora de matemáticas marplatense
bastante copada. Muy marplatense. Con bronceado marplatense y no
brasilero. Muy reconocible el bronceado marplatense. marplatense
marplatense. Los argentinos entran al mar corriendo y los brazucas
caminando por el frío del agua. bla bla bla.
Llegamos a Jeri y nos rodearon cual si fuese Marruecos millones de
personas para ofrecernos alojamiento. Cuando digo millones exagero,
obvio, porque sino sería Copacabana en año nuevo, pero eran fácil,
fácil 30 personas. Del micro bajamos otras 30, de las cuales muchas ya
tenían donde parar y desaparecieron de toque. Nos pusimos a conversar,
tratando de mantener la calma y no ponernos nerviosos y no cerrar
trato con ninguno. Les dejamos en claro que ibamos a ver un par de
lugares sin compromiso de compra. Lo típico que uno hace con estos
marroquíes. Descartamos a los que costaban más de 20 Reales primero.
En un momento se me acerca una chica castaña de ojos claros con un
acento raro y me ofrece un alojamiento. Le pregunté de dónde era y me
dijo israelí. Le pregunte Eifo su pousada, porque Eifo es casi la
única palabra en hebreo que me acuerdo, pero no me dió ni bola. Al
rato me dijo donde quedaba, y se fue. Nos fuimos con un español que
había estado hablando con el primo a conocer su pousada. Estaba linda,
limpia, sin cocina, por 25 Reales. Despues fuimos a lo de otro tipo
que eran 20 Reales con cocina. La diferencia era que el español era
europeo, y vino con camisa lacoste a invitarnos a su pousada, y el
otro un brazuca que parecía uno de los clientes del primo, que nos
ofreció la suya en cueros y descalzo. Le faltaban algunos dientes.
Fuimos a conocer su pousada, pero cuando nos acercabamos, el
sindientes le grita algo en portugués a su madre (creo que el gordito
sindientes de 40 años vivía con la madre tipo Elio) y la madre le
responde que no hay más lugar. Entonces el gordito sindientes
malparido nos lleva a otra pousada. Despues nos explicaron con
exactitud el trato: los flacos que llevan gente a una pousada se
llevan el 10% del total de la estadía. Finalmente tampoco nos quedamos
en lo de Pedro, tercer pousada que visitabamos. Nos mandamos a lo de
la israelí para conocer. Venimos bien con el tema pousadas y hostels.
La verdad es que lo más importante viajando de mochilero es caer en un
buen hostel con gente copada para pasarla bien, y a veces de la paja
que da buscar o del cansancio del viaje uno termina en lugares
bastante pedorros.
Terminamos en lo de los israelíes. En cierta forma las pousadas
argentinas o israelíes nos hacen sentir como en casa, y creo que en
gran parte por eso nos quedamos. El hostel no era alucinante y la
verdad es que cuando llegamos no había nadie como para percibir si la
gente iba a ser copada, pero se sentían las buenas vibraciones en el
aire. Vibraciones que para cualquier mochilero talvez sean hostiles,
porque todo el mundo odia a los mochileros israelíes.
Nos quedamos. Lior, la israelí que nos había indicado dónde quedaba su
hostel “Ensalada de Frutas”, nos alcanzó un colchón que tiramos en el
piso del cuarto. Había otra cama matrimonial.
El hostel tiene una linda área común: todo un terreno de un largo de
unos 15 metros y unos 6 metros de ancho, con dos palmeras a lo largo
en donde cuelgan dos hamacas paraguayas; Un techo de paja donde hay
una mesa para comer, una barra con la cocina del otro lado a la cual
tan sólo Ben, nuestro ídolo cocinero, tiene acceso, y una tele con
muchos DVDs. Conocimos a Nataly, otra israelí amiga de Lior, prima de
Ben, que entró, me miró, y se empezó a reir. Despues nos dijo que hace
meses que no pasaba un sólo día sin fumar porro. Le dijo al primo que
sus pantalones eran de palermo con tan sólo echarles una rápida
mirada.
Salimos para la playa, una de las peores en las que estuvimos, pero no
deja de ser linda. Tiene muchos pero muchos metros de arena hasta
llegar al mar, y como charcos de mar por muchos desniveles en los que
venden bife de chorizo. Ay dios cómo me comería un bife de chorizo
ahora o una milanesa napolitana o una kibbe envuelta en salmón
ahumado. Entramos al mar, boludeamos un poco, y empezaron a caer todos
los conocidos del primo. Había dos grupos de muchachos jóvenes judíos
típicos de faccma (jovenesjudios.com.ar), de 10 pibes por cada grupo.
O sea, 20 argentinos insoportables y agrandados revoloteando por la
playa. Despues llegaron otras 10 pibas tambien judías, y pudimos
escuchar a un pibe que dijo: “che, la hermana de kaplan no es linda”.
Ya era el colmo, se conocían entre ellos también. El primo conocía a
algunos, por lo menos a uno de cada grupo, porque es muy popular. Uno
era el ex de una amiga de él. Los pibes se pusieron a jugar a la
pelota contra unos brazucas. 5 contra 5. Podían hacer cambios. Los
pendejos argentos la movían, y por momentos fue baile argento. Igual
nosotros no sabíamos por quién ir. Al final ganaron los argentos,
jugando buen futbol. Despues llegó Nataly y estuvimos charlando un
poco. Me contó más o menos cómo es el tema del hostel. Llegaron ella,
Lior y Ben hace 2 meses y alquilaron el lugar por un año para poner el
hostel. Podían rescindir el contrato a los 6 meses. Ben era primo de
Nataly. Lior era mejor amiga de Nataly y novia de Ben. Me dijo que Ben
no fue al ejército por pacifista, y lo metieron preso 2 meses, y que
si ella tuviese que elegir ahora si ir o no ir, no sabría cuál sería
su decisión. Es difícil, porque todos queremos ser pacifistas, pero si
todos en Israel son pacifistas, no existiría más el Estado de Israel,
sin dudas. También le dije que es extraña la sensación de sentir que
si todo se va a la mierda en tu país, uno siempre tiene la posibilidad
de ir a Israel donde va a ser bien recibido, y eso se logra gracias a
pibes como ella que van a una guerra a pelear mientras que uno no hace
nada y simplemente tiene esa seguridad. Es raro.
Estuvimos un rato más en la playa y nos fuimos a almorzar los tres.
Nos sentamos en un restaurante que pertenece al mismo dueño del
terreno del hostel, que queda justo al lado. Yo me pedí una berenjena
parmeggiana excelente. Una berenjena con queso y tomate arriba, un
buen plato. Como todo en Brasil, trae mucho arroz, mucho feijao, y
farofa si uno quiere. Estuvo bien la comida. Volvimos al hostel, y
conocimos a 3 chicas argentinas judías más. Jericoacoara es un ghetto.
Eran Marina, Barbara y Ari. Marina era un personaje. Tenía una
obsesión con la palabra culo y se pasaba dibujando la palabra culo con
dibujitos en un cuaderno. Hablaba con un acento raro, y cuando el
primo le preguntó de dónde era, dijo que era argentina, y medio
apenada dijo que hace un año le empezó a salir como un acento raro que
no sabía de dónde venía y todo el mundo le preguntaba de dónde era.
Muy rara. Hacía música, y tocaba en la banda de ORT con Marcelito
Woloski. Me sonaba familiar y quizá era de ahí. Barbara se apellida
Feldman y es la hermana de Andy. Me contó con mucho orgullo acerca del
corto que filmó el hermano, etc.
Un grupo de personas se pusieron a ver El Señor de la Guerra, la de
Nicholas Cage. El primo ya la había visto pero se puso a verla de
vuelta. Yo no la había visto pero como estaba empezada la dejé pasar.
Me senté en una hamaca a escribir boludeces. Al rato terminó la peli y
llegaron dos ingleses que la volvieron a poner. Vi el principio, y
salimos a ver la puesta del sol. En Jeri hay dos montañas muy altas
desde las cuales se puede ver la puesta o la salida del sol. Nos
subimos a una de ellas, y era interesante ver a toda la gente subiendo
como una peregrinación, como algo religioso, a ver al Dios Sol. Vimos
cómo se ponía por entre las nubes. Yo volví y el primo se quedó un
rato más.
Me puse a ver The Lord Of War. Me gustó la peli. Ben nos cambió unos
dólares. Cómo queremos a Ben. Lo bien que nos trató. Fá! La pucha!
Había un grupo de varios israelíes, cerca de 6, que viajaban en grupos
de a 2. Matemáticamente entonces deducimos que se trataba de 3 grupos.
Los 3 grupos, entonces, se habían conocido en Jericoacoara. Ben era
Cheff, pero groso. Había trabajado en NY como Cheff de un restaurante
importante, y despues un millonario judío de Miami lo había contratado
para su mansión en la playa como Cheff, y tenía que hacer manjares
para todos los amigos ricos de este tipo. Ahí la conoció a Lior,
porque necesitaban una chica que limpie, y como Lior estaba cerca,
Nataly la recomendó y ahí arrancó la historia. Bueno, entonces Ben era
groso. Nos preguntó si queríamos comer pescado esa noche, por 15
Reales, y le dijimos que no. Era mucha guita para nosotros. Por la
noche, mientras terminabamos de ver Lord Of War, Ben iba encendiendo
velas en la mesa y colocando los platos. Un lujo. Despues nos tuvimos
que levantar porque era la comida de los israelíes. Impresionantes
platos. Ensalada, unas pastas con una salsa… agh, la mejor comida
del viaje lejos. La mejor comida del año, considerando que llevamos
todo este año en este puto país de negros esclavos que lo único que
saben hacer es jugar a la pelota. Putos monos.
Bueno, nos fuimos, dejando atrás el sabroso aroma, casi perceptible
desde lo háptico, de la comida de Ben. Nos alejamos del hostel
pensando seriamente si no nos convenía casarnos con Ben. O casar a Ben
con Zapmin y comernos a sus hijos. O algo así. Nos sentamos a comer
pizza. Ja! Puto Ben. Estaba buena la pizza. Una pizza con cervecita.
Al lado nuestro se sentaron unas chicas brasileras. Hace tiempo que no
hablabamos con chicas brasileras. Pipa y el Morro están plagados de
argentinos. Buena onda estas chicas. Simpáticas. No me acuerdo los
nombres. Al rato nos levantamos y fuimos a un lugar más barato para
seguir tomando cerveza. Nos clavamos un par, creo que despues nos
dimos una ducha en el hostel, y volvimos a salir, hacia aquel lugar
que hay en todas las playas turísticas brasileras: los puestitos de
madera donde venden cachaca, vodka, con cualquier fruta tropical que
se te ocurra. Nos clavamos un par de caipirinhas, yo un cuba libre, y
estuvimos charlando con estas brazucas. El primo se puso a hablar con
una rubia y yo con una morocha, y las dos resultaron ser judías. Creo
que tenemos un imán o algo. Muy loco. Agarrar a cualquier brasilera
por ahí… bueno. De ahí nos fuimos todos para el forró. Me perdí del
primo, que se fue a mear a otra pousada. Cuando llegamos a la puerta
de la fiesta forró, me pidieron 10 Reales. Veníamos pagando 25 ó 35
para entrar a fiestas, y 10 no me pareció tanto. Las brazucas se
quedaron afuera debatiendo. Yo me estaba meando, así que pagué los 10
y entré, esperando que entren ellos más tarde. Terminé de mear, y
estuve un muy buen rato esperando que las pibas y el primo entren.
Finalmente entraron, y el primo me dijo que habían arreglado para
pagar 2 reales cada uno. Creo que estuve casi toda la noche deprimido
por eso. Se que 8 reales no es tanto, pero estuvimos todo el puto
viaje ahorrando en monedas, cagandonos de hambre, para que yo sea tan
pelotudo de pagar 10 reales. Me dió una broncaaaaaaaaaaaa.
Bueno, intenté bailar forró con la morocha esta, pero se me complica
percibir el ritmo. Es muy fácil, pero no soy bueno para eso. Así que
le dije que bailaba muy bien tango y le empecé a enseñar lo básico. El
problema es que no se los movimientos de la mujer, y apenas se los 8
pasos básicos del hombre, así que tuve que inventar sus movimientos. A
todo esto, antes esta piba, no se cómo surgió, me había estado
contando de sus problemas en la columna, de que tiene hernia de disco
o no se qué. Obvio, me olvidé de esto, e inventando un paso de tango
para que ella haga, hice que se incline mucho hacia atrás, sujetándola
por la espalda. No me dijo nada, pero le cambió la cara, se puso
pálida, se dió vuelta, y al rato la encontré sentada en una silla al
costado de la pista de baile tomando pastillas antiinflamatorias para
el dolor de espalda. Algo me hace creer que fue culpa mia. Me sentía
Gaylord Focker posta. El chabón mandandose cagadas de pelotudo. Bueh,
tampoco me importó tanto. Me jodió más haber pagado 10 reales la
entrada. Los malditos israelíes nos habían sacado el colchón y en su
lugar habían puesto una hamaca paraguaya sin avisarnos, así que ahí
dormí.
Al otro día el primo se fue a la playa con Nataly. Yo ya estaba un
poco cansado de playa, así que me fui a caminar un poco. Se largó la
lluvia, usé un poco de internet, escribí, estuve en el hostel
boludeando, charlando con las chicas argentinas y un par de israelíes.
Las chicas querían escribir una canción acerca de un monito que estaba
escondido en un coco en la playa, mezclando español, inglés y hebreo,
para que la cantemos todos a la noche. La escribieron entera. Parecían
nenas. Más tarde creo que se dieron cuenta que la cara de los
israelíes decía: “qué pelotudas son estas pibas” así que no
insistieron en cantarla. Despues el primo puso Almost Famous, única
oportunidad de verla porque la había estado buscando por todo Buenos
Aires sin éxito. Finalmente, de casualidad, vino a aparecer en un
hostel en Jeri, y no podíamos perder la oportunidad de verla. Yo la
había visto una sola vez en el cine. Excelente película. Ben nos
consiguió un muy buen porro a buen precio. Una piedrita por 10 reales,
muy comprimida. Volvió re fumado porque el que se lo vendió le
insistió para que lo pruebe, y me dijo riéndose: “te tengo que contar
esta historia, es increible: primero fui a lo de este tipo que siempre
me vende pero no tenía, y despues empecé a caminar unos cuantos
metros, se largó la lluvia, y conseguí esta marihuana”. Cri cri cri.
Me quedé mirándolo como: “ahora entiendo lo que el porro nos hace”.
Terminó Almost Famous y estaba lista la comida de Ben. Aaahhh qué
espectaculo. Le pedimos que nos cocine algo por 12 Reales. Le podías
decir vos un número y el cocinaba algo copado en base a eso. Eramos 7
comiendo: dos israelíes que usaban shorts curiosamente cortos, tipo
argentina ´78, las tres argentas, el primo y yo. Primero una ensalada
para tudo mundo, y despues unas pastas alucinantes con una salsa de
otro mundo. Pedimos una sangría para acompañar las pastas. Terminamos
de comer, nos despedimos calurosamente de todo el mundo que nos había
hecho sentir realmente como en casa, y partimos hacia el punto de
partida del camión que nos llevaría al bondi que nos llevaría a
Fortaleza para arrancar el viaje más largo del viaje, vieja.
Eran las 22:30, nos despedimos de Nataly que nos acompañó al punto de
partida del camión, y salimos. Dormimos durante el viaje del micro. No
se si ibamos un poco fumados (casi seguro que sí) o un poco borrachos
(casi seguro que sí), pero recuerdo con simpatía el viaje en el camión
este. Recuerdo, curiosamente, a las Jujeñas de Salvador en ese micro.
Primas entre ellas. Llegamos despues al micro, y de toque nos
dormimos, cada uno en dos asientos. En el camino hacia mis dos
asientos me crucé con las jujeñas y les dije que nos habíamos peleado
con el primo y que esa noche no ibamos a dormir juntos. Las jujeñas
nos imitaron y tambien se consiguieron dos asientos para cada una. Al
rato se subió un gordo que le había tocado mi asiento y me tuve que
volver al lado del primo. Putas jujeñas imitadoras me cagaron el
lugar.
Llegamos a las 5:30 a Fortaleza. Nuestro micro salía a las 11:30.
Teníamos 6 horas en la estación. Nos tiramos en el piso a dormir. Ya
no nos importaba nada realmente. El piso estaba asquerosamente sucio,
había hormigas y bichos revoloteando. Gente fea, desagradable y
ladrona que nos miraba con miedo. Ahí estabamos, los dos sucios, con
ropas que no lavamos desde que salimos de Buenos Aires, sin afeitarnos
hace semanas, demacrados por la poca alimentación (salvo por Ben,
gracias ídolo!), casnsados por el viaje. Un desastre. Cerca de las 8 ó
9 nos despertamos, agarramos nuestras mochilas, y nos fuimos a tomar
el café de manhá. Usamos un poco de internet. Tomando el desayuno
conocimos a un cordobés abogado que había estado viajando. Dijo que
fue para Atíns, lo que sería el nuevo Jeri sin NADA de turismo. Un
lugar alucinante, hermoso, también todo de arena.
Me olvidé de contar un poco acerca de Jeri. El pueblo de por sí tiene
buenas vibraciones. Muy tranquilo, buena onda con todos. Todas las
calles son de arena, y todo el mundo camina todo el tiempo descalzo
por todas partes. Para mi no hay nada que me haga sentir más en
vacaciones que caminar descalzo, y en Jeri caminabamos todo el tiempo
descalzo. Ya no sólo no usaba zapatillas sino que tampoco usaba
ojotas.
Bueno, hablamos un rato con el cordobés. Era copado. Al rato se
hicieron las 11, y nos mandamos para el micro. Veníamos de un viaje de
7 horas desde Jeri, más 6 horas de espera en la estación de Fortaleza,
y se venían 25 horas de micro hasta Belén. Hicimos los trámites antes
de subir al micro, y le preguntamos al conductor si iban a pasar
pelicula. NO, nos respondió. La mierda, estos brazucas tienen menos
cultura cinematográfica que Mario Santos. 25 horas sin ni siquiera una
peli. Y qué carajo se supone que tenemos que hacer. Resulta que el
micro que salía a las 13, era de clase ejecutiva, tenía mucho mejores
asientos, películas, y costaba casi lo mismo. No lo podíamos creer.
Puto país de macacos. El de las 13 ya estaba lleno, todo vendido.
Salimos.
No iba muy lleno nuestro micro. Me tiré a descansar en dos asientos de
adelante que estaban vacíos. El micro paraba cada 5 minutos. Más
lechero que La Serenisima. Una cosa de locos. En una parada, sucedió
lo impensable: subió al micro Luiz Ignácio “Lula” Da Silva, y justo le
tocó en mi lugar. Increible el parecido con Lula, una cosa de locos.
No podíamos creer que estabamos viajando con el presidente de Brasil
en el micro a Manaus, y que encima se había operado para recuperar su
5to dedo. Debía estar analizando el estado del transporte brasileño.
Diez mil paradas y 25 horas despues, llegamos a Belén. Lula resultó
ser policía, y nos dijo que Belén era muy peligrosa y que tratemos de
quedarnos en el hotel todo el tiempo. Llegamos un sábado, y nos
dijeron que no salían barcos hasta el miércoles. Genial. La reputa
madre. Estamos en una ciudad del orto horrible y peligrosa y nos
tenemos que quedar 5 días acá. Puto país del orto.
Averiguamos por barcos y nos repitieron que recién el miércoles
salían. Nuestra idea era salir lo antes posible de Belén, ciudad
asquerosa. Agarramos un micro hacia el puerto. Preguntamos nuevamente
por barcos y nos dijeron que recién el miércoles, o que con suerte,
mucha suerte, el martes podía llegar a salir un barco. Cargando
nuestras mochilas, cansados de viajar más de 35 horas sin un techo
sobre nuestras cabezas, abrimos la Lonely y buscamos un hostel. Se
largó a llover, y nos paramos junto a muchas personas que esperaban el
colectivo, bajo el techo de afuera de C&A, a esperar que pare.
Escuchabamos de fondo unos tambores ensordecedores que te ponían los
pelos de punta. Los tambores se iban acercando. Comenzaron a aparecer
muchas personas, cual piqueteros, con tambores y gritando. Se pararon
en la puerta de C&A a gritar: “FECHA! FECHA!” (“QUE CIERRE! QUE
CIERRE!”). La mierda. Seguía lloviendo. El primo quería que nos
vayamos, pero para mi nos vendíamos demasiado agarrando las mochilas
gigantes y alejándonos de esta multitud de monos enardecidos.
Finalmente esperamos un rato y terminamos yéndonos, bajo la lluvia,
hacia el hostel. Yo tenía un poco de dolor de garganta y cansancio
corporal, probablemente debido al exagerado aire acondicionado de las
25 horas de micro. La lluvia terminó de humedecer todas mis asquerosas
ropas, y de mojarme por completo. De todas formas nada me importaba.
No sentía dolor pues no era humano.
Llegamos al hostel, subimos las escaleras, y conocimos a Doña Fumadora
Con Panza Afuera y su hijo SoyUnHijoDePuta. Ambos intentaron vendernos
que no salían barcos hasta el miércoles, y que compremos lo que
compremos teníamos que hacerlo a través de ellos porque nos conseguían
mejor precio y teníamos la seguridad de haberlos comprado en un
hostel. Nos dijeron todo esto y mucho más apenas entramos al hostel,
como atajándose de que creamos que nos querían cagar, muy a la
defensiva. Haciendo esto nos aseguraron que nos querían cagar. Nos
cayeron muy mal, la vieja con la panza siempre afuera y sin parar de
fumar un segundo. Asquerosa. Por otra parte nos dijeron que no
podíamos tomar un barco pequeño para ir a Santarém, porque hay una
bahía apenas salís Belén que tiene muchas olas y los barcos pequeños
no pueden cruzar. Esto nos lo dijeron muchas personas por lo tanto nos
arruinaron el sueño de ser Herzog en el amazonas, en un barquito de 10
personas cazando cocodrilos y comiendo monos.
Entramos al cuarto, dejamos las cosas, y salimos a cambiar plata,
comer algo, y averiguar por un avión. Sí, avión. Es una locura, pero
si teníamos que esperar hasta el miércoles en Belén, eran 5 días en
una ciudad de mierda, 5 días de un viaje de 30 días. Eso da como… no
se… un porcentaje alto. Por otra parte nos interesaba la posibilidad
de agarrar un avión a Santarém, y de ahí un barquito de dos días hasta
Manaus, un barquito esta vez sí chiquito, cazando cocodrilos y
comiendo monos. Bueno, cambiamos plata y preguntamos por avión. Al día
siguiente, domingo, costaba 200 Reales a Santarém, pero no quedaban
pasajes, y para el lunes el precio se iba como a 400. Pinchado el
sueño del avión, salimos a buscar agencias de turismo para averiguar
por barcos antes del miércoles, pero estaba todo cerrado. Puto país.
Todo cierra los fines de semana. No trabajan nunca.
Bueno, yo me sentía un poco mejor, del dolor de garganta y cansancio,
gracias a la pseudoefedrina y el paracetamol. Comimos algo, y volvimos
al hostel, donde conocimos a David, australiano de Sidney. Era un tipo
raro, con quien era difícil entablar amistad. Siempre nos resulta más
fácil relacionarnos con latinos, son más parecidos, y tienen un
concepto de amistad más similar. Pero hay veces que uno conoce sajones
copados. En este caso el flaco era raro. Decía que estaba de novio con
una mina de Islandia, que se había puesto de novio en este mismo
viaje, compartiendo casa en Quito por 6 semanas. Le gustaba bastante
la merca, y se estaba recuperando del Dengue. Sí, dengue. Qué paranoia
me agarró. Al flaco lo había picado el bicho. Por suerte se empezó a
sentir mal llegando a Belén, donde hay hospital. Lo llevaron, le
clavaron suero por 15 minutos, y volvió al hostel donde estuvo una
semana en posición fetal vomitando con diarrea y sufriendo. Genial el
dengue este che. Encima el flaco decía que todavía tenía la enfermedad
en la sangre, y que si este tipo especial de mosquito lo picaba, y
despues nos picaba a nosotros, nos podía contagiar. Así que andabamos
muy tranquilos con este flaco. Nos pusimos 11 toneladas del Off Verde
que nos recomendaron en Stamboulián, y salimos para una cervecería que
le habían recomendado a David. Nos sentamos en el lugar más cheto de
Belén, un shoping junto al Río que creíamos que era el Amazonas.
Talvez lo era. La cerveza la hacían ahí mismo y era bastante buena.
David se pidió una light, y nosotros una media. Rica, pero cara. 3
Reales cada vaso. Terminamos de degustarlas, y nos fuimos a un bar en
la calle que vendía botellas de cerveza por 2,50 Reales. Mejor precio.
Nos tomamos unas 5 cervezas entre los 3, acompañándolas con unos
maníes que vendían en la calle. Hablamos de todo un poco. Yo me fui a
internet semi borracho y escribí aquel mail que se titula “Ahora estoy
borrracho”. El primo y David se fueron a comprar algo para comer en
una esquina. Estuvimos un rato en internet, y volvimos al hostel. Nos
juntamos con un par de personas más. Tres holandeses y un francés, y
nos fuimos los 7 a comer algo. Subimos al primer piso del shopping
cheto, y pedimos una pizza. Teníamos muchas ganas de pizza, pero no
quedaba más. Los europeos / oceánico se quedaron comiendo comida por
kilo, muy común en brasil, a un precio exorbitante de 30 reales por
kilo. Una locura. Con el primo cruzamos la calle y nos compramos unas
X-Burguer. Volvimos, y algunos se habían ido a buscar sus documentos
para poder salir esa noche, porque piden documentos en todas partes en
Belén para ver si sos mayor. El primo no tenía ganas de salir y se
volvió creo que corriendo al hostel, por el peligro de esta ciudad de
mierda.
Nos tomamos un bondi con los 4 salames (3 holandeses y el francés) y
el australiano David. Nos bajamos en no se donde. Y caminamos hacia no
se donde. Encontramos un bar / fiesta que todavía no había empezado.
Eran como las 23.30. Preguntamos qué onda el tipo de música, y dijeron
que rock. Había un par de lindas chicas entrando. Por mi, hubiera
entrado ahí a tomarme un par de cervezas. No pido mucho. Estos pibes
no se qué carajo buscaban. Creo que un lugar con música brasilera. Así
que le preguntamos a un par de pibas que nos recomendaron un bar. Nos
dieron algunas indicaciones, y yo me puse a seguir a este grupo de 4
salames, que resultaron ser salames en serio. No tenían idea a dónde
caminaban, le preguntaban a cualquiera, ese cualquiera entendía
cualquier cosa y los mandaba a la concha del loro. Estaban preguntando
por el nombre de un bar que poca gente conocía, pero estos europeos se
creen que todo el mundo conoce todo. Los brazucas nos mandaron a
pasear caminando por todo Belén. Es una ciudad peligrosa, pero los
europeos estos se creen que se la bancan, como si fuese una película,
y no tienen idea. Yo caminaba del lado de la calle, para que los
pongan a ellos contra la pared y los afanen. Caminaba alejado de
ellos, que iban hablando en inglés, con sus teces blanquísimas,
llamando la atención. Llegamos a un bar que tenía mesas en la calle
lleno de borrachos. Los idiotas preguntaron de vuelta por ese bar que
nadie conocía. David quería volver a la fiesta inicial y yo medio que
también. Se levantó un borracho de la mesa y nos recomendó que vayamos
a Apororoca. Se podía oler el alcohol que expedían sus poros. Sus ojos
rojos desbordaban de cerveza. Qué panza más trabajada tenía. Daba
envidia. El gordo nos recomendó entonces Apororoca, nos dijo que
estaba lleno de mujeres. Cuando le pregunté si eran lindas, medio que
cambió de tema. Es lo que buscabamos, pensé, el guevara de Belén. Nada
de lomo… feijoada brasilera. En ese momento recordé aquella frase
Cadillac: “Por qué será que me gusta la noche mujer, porque todo el
que queda es un padre para mi, que se anima a decir todo y que te
enseña a vivir, lo que millones no se animan a decir”. Le dije a estos
pibes que si hay algo en lo que confío, es en los borrachos. Se rieron
y aceptaron jugarnos la noche como en el casino y mandarnos a
Apororoca. El holandés, más desagradable que mezcla de nazi, chileno y
brasilero intentó conseguir un taxi. Pero este pibe, es jodido
describir lo desagradable que es. Alto, con el pelo medio largo, todo
el tiempo se está acomodando el pelo. Muy afeminado. Soberbio.
Paranoico. Agrandado. Bueno, con todos estos adjetivos, sin dejar
ninguno de lado, se acerca a dos tacheros que tenían sus vehículos,
elementos de trabajo, parados en la acera. Les pregunta cuánto vale
hasta Apororoca. El borracho nos había dicho que costaba
aproximadamente 12. Los tacheros nos dicen que costaba 15 cada taxi.
El flaco este, retrasado mental, mal educado, soberbio, empieza a
decirles que les da 20 reales, 10 a cada uno, para que nos lleven. Los
tacheros le dicen que no. Que es poco. El flaco empieza a decirles que
si no aceptan nos vamos a otro bar, que no necesitamos que nos lleven,
que se van a quedar sin el trabajo si no aceptan 20, que 20 reales ES
MUCHA PLATA PARA ELLOS. Los tacheros, ofendidos, lo sacaron cagando.
Casi me acerco a pedirles perdón, diciendoles que el flaco es un
idiota, pero me pareció que era un problema del flaco. Intenté sacarlo
en 12 cada uno, como nos había dicho el borracho, pero tenía al
holandés pelotudo insistiendo en 10 cada taxi. Qué pibe. Todo ofendido
se alejó, y empezó a decirle a los amigos que querían estafarlos por
ser europeos. Existen esta clase de mochileros asquerosos, como los
que van a comer muchas veces al desnivel, que nunca dejan propina
(nosotros tampoco dejamos acá, ojo, pero es porque los brazucas tienen
5 copas del mundo, ¿encima quieren guita?), que dan asco… bueno, el
flaco insistía en que trataban de estafarlo por ser blanco. Le dije
que para mi no estaban tratando de estafarlo, que sino hubieran
aceptado el viaje, que así perdieron el viaje, y que no son tontos. No
van a perder un viaje por intentar estafarte. Me dió mucha bronca este
flaco.
Despues paré otro taxi, conseguí que nos lo deje en 12, pero había que
buscar otro. Así que terminé arreglando por 18 para que nos lleve
apretados a los 6. Joya. Llegamos a Apororoca. La entrada costaba 12
Reales, pero con carnet de estudiante brasilero, costaba 8. El francés
y el holandés asqueroso estudiaban en Brasil, así que pegaron esa
mierda y lo sacaron por 8. Yo le pedí al francés, con cara de turco,
que me preste su credencial, así que conseguí también por 8. El resto
pagaron 12. En la puerta veo que el patova pide la entrada y también
la credencial. Sacre bleu. Qué mierda hago ahora, pensé. El francés
entró y no tenía ni la forma ni la voluntad (porque era un pelotudo)
de pasarme su credencial. Pelé mi cédula argentina, y mostré eso con
cara de “soy la mezcla de Hitler y Bush. El tipo más importante del
mundo”. Me dejaron pasar de toque, asustados. Antes me tocaron un
toque el bulto a ver si estaba armado. Muy excitante.
Entramos. Apororoca es lo más parecido que vi a lo que yo imagino que
es Metrópolis: un galpón gigante lleno de fahmes con música fahme.
Genial. Me encantó el lugar. Todas las minas feas, pero buena onda,
todos bailando, chupando, bebiendo… David invitó un par de birras.
Cada dos segundos David entraba a cagar porque estaba con diarrea. Yo
me venía sintiendo otra vez medio flojo, desde el viaje con aire
acondicionado, así que en parte por eso decidí salir esa noche, porque
se el buen efecto que produce el Ron en mi cuerpo. Compramos entonces
una botella de Ron de un litro con una Pepsi para compartir con David.
Nos alternabamos para ir a despedir amigos del interior al baño. El
tipo que cuidaba el hinodoro como si fuese su propia madre
convaleciente ya estaba seguro que nos estabamos dando con merca, de
la cantidad de veces que entrabamos a cagar. Bueno, muy escatológica
esta parte del mail.
Despues de bajarme medio litro de Ron, ya me sentía joya. Bailamos,
encontramos un grupo de chicas, a una le regalé la luna y al final de
la noche tuve que pedirle que me la devuelva. Otro flaco, pensando que
yo no hablaba portugués, me preguntó si yo era puto “vocé e viado?”, y
lo sorprendí cuando le respondí: “no, yo no soy puto… pero si te
interesan los putos, ese flaco sí lo es” y le señalé al holandés
asqueroso, esperando que vaya y le rompa el culo, pero resulta que el
brazuca solamente quería reirse de un puto gringo que no entendía
portugués. Cuando se dió cuenta que lo había entendido, empezó a
pedirme perdón todo el tiempo, que lo disculpe, que era una broma. Yo
estaba de humor para seguir la broma, así que empecé a decirle que le
pregunte a su vieja si yo era puto, y cosas así medio típicas cuando
uno jode. En el momento no me di cuenta, pero era un flaco brazuca, en
medio de lo que sería Metrópolis en Belén, ciudad amazónica donde el
más cobarde mató a su madre y se comió los huesos, que me había
bardeado, y yo diciendole que me había cogido a la vieja. Al toque le
dije que para ellos era facil bardearme, porque eran 4000 brazucas en
todo el boliche y un solo argentino. Ahí el flaco me preguntó “cómo
que un solo argentino… y todos tus amigos” y me señaló a la banda de
mongolicos que se metían el dedo en la nariz y se hacían caca encima,
y le respondí: “los conocí hoy, no son mis amigos, son unos idiotas.
En este momento ustedes dos que me estan puteando son mas amigos mios
que ellos. Los quiero chicos”. Bueno, despues empecé a joder a todos
con lo de pelé. Encontré a un brazuca muy gracioso que se reía de todo
lo que le decía, y no paraba de decirle que pelé debutó con un pibe, y
el flaco se moría de risa y no me respondía nada. Muy gracioso.
Nos fuimos del boliche bastante ebrios. David me hizo reir mucho en el
viaje de vuelta, bardeando al francés. “I cannot understand a fucking
word this fucking french is saying” le decía al francés en la cara,
mientras yo me moría de risa. El taxi nos dejó en el hostel. La idea
esa misma mañana era ir al aeropuerto, y meternos en la lista de
espera para ver si podíamos salir para Santarém en avión, encontrando
un lugar de último momento, pero el día anterior la vieja de mierda
fumadora con la panza afuera nos había dicho que había una posibilidad
de que salga un barco el lunes. Eso, sumado al cansancio, hizo que no
vayamos al aeropuerto esa mañana.
El primo me despertó cerca de las 11:30. Me dijo que estaba aburrido
ya, que había conocido a dos brazucas copados, y que iban a averiguar
al puerto por un barco para el lunes. Yo me entré a bañar, me aseé (se
escribirá así?), y al rato volvió el primo. Bueno, creo que no fue
así, pero no importa. Salí de bañarme, y conocí a Cris y a Pedro, los
dos brazucas. Cris de Rio y Pedro de Sao Paulo. Nos fuimos los 4 para
el mercado de Ver-O-Peso, a comer algo.
Me cansé de escribir. Creo que ya es suficientemente largo. El barco
sale a las 2 de la tarde y ya son las 12. Otras 51 horas en barco. No
doy mas! Espectacular!
Abrazo sus dedos gordos.
Pablo.