Aleppo, Siria #8
El viaje duró unos 45 minutos, y llegamos a Alepo (Halab). La combi nos dejó de noche en un lugar perdido de Siria. Inmediatamente nos tomamos un taxi, y le pedimos que nos lleve al hostel. Subimos las escaleras muy cansados de todo el viaje del día, y por el peso que cargábamos en las espaldas. Nos recibió Richard, que en realidad se llama Wahid, pero según Duby es igual a Richard de la 5ta temporada de Lost. Bastante seco el tipo al principio, daba la sensación de medio resentido, pocas ganas de tratar bien a la gente.

Dejamos las cosas en el cuarto, y le preguntamos por el barrio de Jelemie, donde habían vivido mis abuelos hasta que tuvieron que huir en 1947. La pregunta nos devolvió una respuesta totalmente inesperada: “ARE YOU JEWISH?”.
El 1ero de Diciembre de 1947 estalló un Pogrom en Siria, en plena época de la declaración del Estado, justo antes de la Guerra de la Independencia del Estado de Israel. La consigna: quemar negocios de judíos. El 2 de Diciembre de 1947 mis abuelos huyeron de Siria, dejando detrás suyo toda una vida. Mi abuelo volvió un tiempo después, con pasaporte iraní. Desde entonces nadie en mi familia había vuelto a pisar Siria. Y nos encontramos con esta pregunta: “ARE YOU JEWISH?”. Nos había cazado al vuelo Richard. Después nos dimos cuenta que es como que un turista caiga a Buenos Aires y pregunte por Villa Luro o por Villa Ortúzar. No da. Nadie va de turismo a Jelemie.
Negamos rotundamente, dijimos que alguien nos había recomendado un parque en Jelemie, y creímos haberla zafado de puta madre. De todas formas salimos a comer algo bastante intranquilos, dando vueltas en nuestra cabeza la idea de mudarnos de hostel. Por supuesto, lo más probable era que no pase nada, que Richard no sea antisemita, y en caso que lo sea, no tenía forma de estar 100% seguro que éramos judíos. Pero tampoco era tan difícil darse cuenta. Un flaco que se llama David Ariel Bronstein preguntando por Jelemie.
Terminamos de cenar, volvimos al hostel, y creo que Duby se fue a caminar un poco mientras yo escribía. Al rato volvió y me dijo que había ido a ver otros hostels, que era mejor que nos mudemos. Yo no estaba seguro, me daba la sensación que eso levantaría más sospechas, pero también era cierto que por más que levante sospechas, si el tipo no podía encontrarnos no importaban esas sospechas. Bastante agobiante al asunto. Nos fuimos a dormir intranquilos, pensando en poner la heladera atrás de la puerta.
Al día siguiente amanecimos, salimos a desayunar. Había un enano con un brazo mocho atendiendo en lugar de Richard. Nos alegramos. Hacer checkout con alguien que no sea Richard iba a ser menos sospechoso. Eso si podíamos parar de vomitar por el enano mocho. Enseguida apareció Richard, que parece que pasa 26 horas por día ahí. Lo saludamos normalmente, tipo: “no somos judíos”, haciendo el gesto de la cruz para saludarlo, y seguimos conversando tranquilamente. Ya estábamos más tranquilos, y por alguna razón, que no sabemos bien si fue fiaca o resolución, nos terminamos quedando.
Lo primero fue buscar un castillo muy conocido de Aleppo. Emprendimos la caminata siguiendo el mapa como podíamos, sin entender los nombres de las calles escritos en árabe. Nos terminamos perdiendo, y al pedir indicaciones a dos pibes, nos dimos cuenta que estábamos en Jelemie. Fue increíble, llegamos por magnetismo. El castillo quedaba para el otro lado y de alguna forma Jelemie nos atrajo. Recorrimos el barrio, sacamos muchas fotos. Caminaba imaginando a mis abuelos haciendo lo mismo 60 años antes. Lamentablemente mi abuela no se acordaba la dirección de su casa, así que fue sacar fotos al azar y forzar el flasheo.

Después arrancamos para el castillo. Lo vimos a lo lejos: inmenso, majestuoso, en la cima de una montaña aleppina. Muy impresionante. Nos acercamos más, sacamos algunas fotos, y entramos con las ISIC.
El castillo está muy bueno de verdad. Duby me explicó que hacían las entradas de los castillos doblando al final de un pasillo, para que no puedan derribar las puertas con esos palos gigantes tomando envión.

En algún sótano secreto del castillo vimos bajar a una chica con una videocámara. Iba acompañada de algunos familiares bastante tapados (musulmanes religiosos quiero decir). Se nos acercó, nos saludó y preguntó de dónde éramos. Hablamos un rato. Afuera la volvimos a encontrar y se presentó: se llamaba Neruz, tenía 28 años, y andaba paseando por el castillo con su familia, algunos familiares que vinieron de afuera y su sobrino de 20 años recontra bala llamado Ahmed Osman. Se nos presentaron los dos, y nos dijeron que estaban llevando a conocer Aleppo a sus familiares de afuera, si queríamos unirnos. Aceptamos. Quedamos en 20 minutos en la puerta.

Seguimos recorriendo el castillo. En la terraza encontramos algunas parejitas que no se tomaban de la mano ni besaban, tipo citas raras sirias. Había como una especie de cita doble: dos flacos con dos minitas tapadas. Después Neruz nos diría que al castillo venían muchos pibes a conocerse, porque era muy difícil que sus familias los encuentren ahí.

Esperando a Neruz en la puerta, vimos a una piba sentada enfrente que no sabíamos de dónde era, pero sospechábamos que manejaba el español. Cuando se estaba yendo le dijimos el viejo y conocido: “chau, ¿no?”, se dio vuelta y resultó ser Tana. Buena onda Myriam. Enseguida nos agarró la paranoia que era judía, que no se podía llamar así sin ser judía, y boludeces así, pero no logramos sacarle nada. Le preguntamos si quería unirse en nuestro tour con Neruz y familia por Aleppo y aceptó. Cayeron a la misma escena un inglés y su novia, cuyos nombres no recuerdo, y estuvimos un rato hablando de esto y aquello. Muy agradables todos. Preguntamos si querían unirse al tour y por suerte dijeron que no, porque ya sería muy raro para Neruz.

Cuando terminaron de conocer el castillo, se unieron a nosotros. A Neruz no pareció gustarle mucho la idea de tener que pasear también a Myriam, estaba como celosa o algo así. Nos contó que había estudiado inglés, pero no lo manejaba del todo bien. Esa había sido como su carrera universitaria. Se ponía bastante nerviosa porque quería pasear con nosotros, entretenernos, pero tenía que estar esperando a su familia que venía atrás, y creía que eso nos molestaba. Todo lo que Myriam decía, Neruz lo contradecía. Decía exactamente lo contrario. Celos como de nena. Muy gracioso.
Finalmente Neruz logró deshacerse de su familia. Ufffff estos árabes son insoportables. El que quiere escuchar tu puta música de mierda de la mezquita que entre en la mezquita, ¿pero hace falta que pongas parlantes en todo tu país de mierda, hasta en el aeropuerto, para que los que evidentemente no te quieren escuchar (PORQUE SINO ESTARIAN EN LA MEZQUITA) te escuchen? Estoy en Emiratos Arabes.
Finalmente Neruz logró deshacerse de su familia. Caminamos por el Souq. El único que se acercó a vendernos algo insistentemente en todo el viaje (me parece) fue un tipo graciosísimo que venía con un vestido en la mano y decía: “REGALO PARA SUEGRA, REGALO PARA SUEGRA”. Con un acento excelente. Como no le dábamos mucha bola, se iba y volvía con una ropa interior de encaje zarpada y decía: “REGALO PARA EL SECRETARIA, REGALO PARA EL SECRETARIA”, pronunciando mucho las R. Continuamos camino. Neruz siguió bardeando un rato a Myriam, y caminamos a comer algo. Terminó invitando ella. Yo caminaba mucho con el putito de Ahmed. Me cuesta mucho deshacerme de la gente que me resulta insoportable, es como que no quiero hacerlos sentir mal o algo. Me iba contando pelotudez tras pelotudez, y yo asintiendo, mirando para un costado y pensando por qué mierda le estoy hablando a este pibe. Cada tanto me ponía a hablar con Neruz o con Myriam. Llegamos a una plaza muy copada cerca de nuestro hostel. Duby decidió empezar a joder un poco al putito de Ahmed, y le contó que a mi me gustaba tomar alcohol, y que me gustaba la leche. Para qué. Ahmed contestó (pónganle una tonada muy gay a estas palabras): “Milk? I LOVE milk, I drink it in the morning, I drink it in the afternoon, I drink it in the night”. A esta altura Duby no podia parar de reírse, tuvo que sentarse, muerto de risa, en un banco. Ahmed para colmo seguía: “sometimes I grab a spoon and I drink the milk with a spoon slowly”… Duby no podía más y Ahmed ya empezaba a preguntar de qué se reía. Yo le decía que ni idea. Neruz preguntó qué pasaba y Ahmed le dijo algo así como que empezó a contar cuánto le gustaba la leche y Duby se empezó a reír… ni idea si Neruz entendió, pero todos nos hicimos los boludos y cambiamos de tema, salvo Duby que se seguía riendo.

Myriam decidió quedarse en la plaza. No aguantaba más a Neruz y a Ahmed, eran como DEMASIADO buenos, ya insoportables, ofreciendo todo el tiempo cosas, siendo recontra polites, hinchaban bastante los huevos. Caminamos un rato más con ambos, y luego Neruz tenía que irse a dar alguna clase de inglés. Nos invitaron a conocer la universidad de Ahmed al día siguiente, y aceptamos. No sé bien por qué. Si fue por no quedar mal. A mí me interesaba ver cómo funcionaba una universidad en Siria. Llegado el momento de despedirse, le preguntamos a Neruz cómo se hacía, si beso en la mejilla, mano, etc, a lo que contestó: “Si mi sobrino no estuviese acá, con un beso” y se sonrojó y se empezó a reír tímidamente. Por dios, qué patéticos son los sirios. Estrechamos las manos y arreglamos encontrarnos en la plaza al día siguiente. Nos dejaron un videíto con el nombre de la plaza para que preguntemos cómo llegar.
Acabo de terminar de ver Superbad, gran película. Comedia yanqui típica de adolescentes en el secundario, pero me cagué de risa.
Al despedirnos de Neruz y el putito, nos fuimos a dormir la siesta como dos putitos. Al despertar nos fuimos a cenar. En el camino nos encontramos con un espectáculo de tránsito, gritos y apretujones importantes: un camión de bomberos intentaba avanzar por la calle. La sirena sonaba a más no poder, pero los autos estacionados en una calle donde era prohibido estacionar impedían que el camión avance. Le preguntamos al bombero si se prendía fuego algo y asintió. No sabemos si entendió la pregunta de todas formas. El tipo estaba en su camión, sonando la sirena, mientras se fumaba un pucho y esperaba que muevan los autos. Un quilombo importante. Cada tanto venía uno de los dueños de los autos corriendo y lo sacaba, pero siempre quedaba algún auto que impedía el paso. Esto es lo que ocurría cuando quedaba correr un sólo auto:
Al día siguiente amanecimos, desayunamos algo en el hostel, hicimos check-out y dejamos las mochilas en recepción bajo el cuidado del enano mocho (ahora que lo pienso no se qué significa bien mocho, pero suena despectivo y por lo tanto gracioso) y de Wahid aka Richard.
Salimos hacia la plaza Zahat L’Hatab o algo así a encontrarnos con Neruz y el putito. Llegamos como media hora antes de la cita y nos metimos en una tienda de antiguedades. No había nadie adentro, pero cuando entramos empezamos a escuchar gritos de los otros vendedores llamando al dueño. A los 5 minutos llegó, nos abrió el lugar y prendió el aire acondicionado. Recorrimos el lugar, que tenía cosas muy buenas, y fuimos encontrando rastros de judaísmo muy curiosos: placas escritas en hebreo, etc. Le preguntamos si eso era árabe, y nos empezó a explicar que en una época había judíos en Siria, pero que se fueron. Que antes estaba todo bien con los judíos y ahora también, pero que hubo una época más complicada. Nos cayó muy bien el vendedor, y si alguno va a Siria le recomiendo que pase por este negocio a comprar algo o simplemente a charlar con el tipo que es muy agradable y conoce de la historia de su país. Nos comentó que muchos sirios judíos emigraron a EEUU y que les va muy bien. Nosotros ni palabra de judaísmo igualmente. Es un negocio de antiguedades que queda en esta plaza Zahat L’Hatab, al que se accede subiendo unas escaleras que están justo arriba de un barcito/cafetería.

Le compré a mi viejo una patente de auto del líbano en este negocio, que según el tipo tiene como 40 años. La pagué bastante plata, pero en el momento me flasheó un toque y se lo quise regalar. No le digan, quiero que sea sorpresa. Es bastante paja cargarla porque es pesadísima, pero creo que está piola como regalo. Es muy bueno ver la patente en los rayos X de los aeropuertos.
Bajamos nuevamente a la plaza y nos encontramos con Neruz que nos esperaba hace un rato. Dijo que el putito no iba a venir, no sabemos por qué, pero de todas formas nos alegramos porque estabamos más cómodos con ella sola, más fácil para hacerle preguntas acerca de su sociedad/religión/etc.
Neruz parecía turista: jean, remera, el pelo al descubierto. Llevaba una camarita de video y hablaba más o menos bien inglés. Emprendimos la caminata, y empezamos con las preguntas. El padre tenía dos mujeres: la mamá de Neruz y su madrastra (según sus propias palabras). Vivían todos como en la misma casa, pero con divisiones de cocina/cuartos, etc. En realidad eran como dos departamentos pegados. El padre dormía con su madre, que era su última mujer. Qué fuerte debe ser para la primer mujer seguir casada con el tipo, y que él siempre prefiera a la otra. Son cosas que no se entienden. Sí, sí, ya se, otras culturas… pero no me van a decir que por más que sean otras culturas la primer mujer no se pone celosa porque su marido siempre quiere dormir con la nuevita. El padre de Neruz había muerto hacía 6 meses. Nos contó todos sus secretos, que sólo 3 de sus amigas sabían. Que estaba de novia con un profesor del secundario de 49 años que estaba casado. Que ella no quería ser su segunda mujer. Que tampoco quería que se divorcie. Que si una mujer le es infiel a su marido, la familia la puede mandar a matar, pero que no es una cuestión gubernamental. Es más, el gobierno sirio está en contra y hace lo posible por impedir estas acciones (a diferencia de Irán que promueve apedrear a mujeres infieles). Neruz era muy abierta en muchos sentidos, quería una sociedad más libre, más parecida a la occidental. Veía muchas películas de occidente, y cuando después de hacerle 400 millones de preguntas, le pregunté si no tenía alguna para nosotros, contestó: “No, ya se todo de occidente”. A todo esto, era muy abierta pero al mismo tiempo con 28 años seguía siendo vírgen, más vírgen que Fede, y así hasta el matrimonio. Con su novio de 49 años básicamente se abrazaban.
Quiere irse a Canadá a vivir; solicitó los papeles hace algunos meses pero todavía no le confirmaron nada. Cambié el tiempo verbal porque ya nos aproximamos al presente y creo que le da más interés sentir que estos relatos son en tiempo real. Veremos si lo mantengo, qué se yo.
El día anterior le habíamos preguntado si había boliches en Siria, si alguna vez ella había ido a bailar. Nos dijo que boliches había, que la gente sólo bailaba, no había gente besándose (del freigoleano: “me la besé”). Que ella nunca había ido, porque para ir medio que hay que mentirle a tus padres. Pero este nuevo día nos dijo que después de nuestra pregunta le habían dado ganas de ir a bailar, y que lo iba a hacer cuando su amiga vuelva de viaje. Del alcohol nos dijo que había probado todos, pero que no le gustaba. Que su padre le convidaba alcohol para que pruebe.
Según el corán los musulmanes pueden tener hasta 4 mujeres. El padre de Neruz llegó a 2. De todas formas 4 mujeres…… posta. Qué exagerados. Uno los ve caminando por la calle, las 3 ó 4 mujeres totalmente cubiertas, con 20 hijos, y el tipo uno sólo, vestido totalmente normal, dándo órdenes, siendo el verdadero macho de la manada. Es muy loco, pero uno se va acostumbrando a verlo, tanto en Siria como en Emiratos como en Irán.
Nos detuvimos en un restaurante que Neruz nos había señalado como uno al que va 2 ó 3 veces por semana con sus amigas. Nos pareció raro que nadie adentro la conocía. Creo que nos estaba chamuyando, como para hacerse la canchera que iba seguido a restaurantes. Comimos muy bien. Neruz quería grabar todo el almuerzo pero la convencimos bastante fácilmente de que la apague, haciéndole preguntas sobre su novio de 49 años y su partida a Canadá (todas cosas que su familia no sabe). Terminado el almuerzo, nos trajeron la cuenta. Eran como 1300 moneda Siria. Unos 130 pesos. El cálculo nos daba 60 pesos. Empezamos a discutir con el mozo, nos dijo que era por el servicio que eran como 60 más. Unos chorros. Neruz le dijo que iba a invitar ella, que le haga un precio sirio. Volvieron y bajaron a 1100. Con mucha bronca pagamos y nos fuimos. Neruz dijo que por eso los restaurantes están todos vacíos, que hasta a los sirios les cobran mucho. La situación fue rara. Invitamos a Neruz con el almuerzo, y por un tiempo yo estuve con la duda de si no estaba arreglada ella con el restaurante. La verdad es que no creo. Tampoco fue tanta plata, pero no está bueno que te roben en la cara.

Caminamos un poco más, la situación era rara, como incómoda. Entramos a una mezquita con Neruz, y tuvo que disfrazarse de religiosa para que la dejen entrar.

Terminamos en la puerta del hostel despidiéndonos de Neruz. Le dijimos que íbamos a dormir una siesta (cuando ya le habíamos dicho que habíamos hecho check-out). De alguna forma la zafamos, y nos despedimos con un beso en la mejilla. Algo insólito para Neruz, una rebelde sin causa.
Subimos al hostel y ahí estaba Richard, durmiendo la siesta sobre uno de los sillones de recepción. Nos acostamos cada uno en otro sillón. Duby le explicó por qué le decía Richard, le preguntó si había visto Lost, pero Richard ni idea. A cada turista que entraba preguntando por cuarto, Duby le preguntaba si había visto Lost. Ninguno de los que entraron había visto hasta la 5ta temporada, así que no pudimos demostrarle a Richard que se parecía. Entraron unos belgas, y fueron a nuestro antiguo cuarto a ubicarse. Mientras lo miraban, Richard dice: “Jewish, like you”. Nosotros nos empezamos a reír, y le pregunté: “Like them?”, señalando a los Belgas, a lo que Richard contestó: “No, like him” y señaló a Duby. Al rato los Belgas se fueron porque no soportaron que no haya inodoro, sino agujero en el piso (cuando nosotros lo descubrimos también nos quisimos matar). Se disculparon por haberle cagado una reserva a Richard y se fueron. De a poco nos fuimos haciendo amigos de Richard. En realidad Duby se fue haciendo amigo, yo escuchaba. Richard nos contaba de sus conflictos maritales. Tenía 32 años, y su mujer 24. Nos contaba que la mujer es una perra, que él trabaja 18 horas por día para mantener la casa y la familia, y la mujer siempre que él llega está cansada, no le da bola, lo maltrata, le pregunta si cree que su casa es un palacio (casa que le costó mucho comprar). Richard sufría mucho, buscaba alguien para contarle todas sus penas y ahí estábamos nosotros. Se descargó con todo, nos dijo que no sabía qué hacer. Que no quería divorciarse porque en Siria está muy mal visto el divorcio (por más que es posible divorciarse). Lo que menos le preocupaba eran los chicos. Decía algo así como: “no, los chicos se quedan con la madre, no hay problema con eso”. Muy raro, veía a los hijos como un accesorio. Pero más allá de eso se veía que sufría. Decía que no podía hablar con la mujer porque no le daba bola, que no podía enojarse porque el padre de ella lo mataba, que no sabía qué hacer. El consejo, después de tanto diálogo, fue que se divorcie, que todavía era joven, que podía hacer muchas cosas con su vida. Nos contó que siempre quiso irse de Siria pero que no los aceptan en ninguna parte. Ni en Europa, ni en EEUU, nada. Que tiene amigos que hizo en el hostel que lo invitaron a Dinamarca, pero que tampoco lo dejan entrar.
Nos contó que intentaba ahorrar plata, pero que la mujer se gastaba todo y que cuando intentaba explicarle que era mejor ahorrar, ella se enojaba. Terminó diciendo que quería abrirse una cuenta en el banco para separar un poco de plata y ver si en algún momento podía divorciarse.
Después llegaron unos franceses y se quedaron con nuestro anterior cuarto. Y por último un chinito. Richard ni se levantó de su lugar para recibirlo, así que le preguntamos si podíamos ser los managers del hostel por un rato. Aceptó. Me paré, y le dije al chino que el cuarto costaba como 500 pesos, mientras miraba a Richard viendo si estaba bien el precio que le pasaba al chinito. Richard repitió el número riendo: “5 thousand”, y me dio una palmada en el hombro como diciéndome “5 lucas, picarón”. Le mostró al chino su cuarto, el chinito se instaló, y en toda nuestra conversación seria con Richard, iba y venía, preguntando cosas y rompiendo los huevos. Richard nos dijo que no le gustaba hospedar chinos porque solamente pagaban el cuarto y no querían nada extra, “like you”, nos dijo. No se si se refería a nosotros Pablo y Duby, o a nosotros los judíos. Era cierto: nos había ofrecido cambiarnos plata, un taxi al aeropuerto, y un par de boludeces más y las habíamos rechazado todas. Richard ganaba muy poca plata por hacer todo en el hostel: manager, limpiar, barrer. Sacaba la diferencia por estos “extras”. Prefería no alquilarle el cuarto a ratas como nosotros porque no iba a sacar ningún extra, y no ganaba nada por alquilar el cuarto.
Duby decidió que quería dejarle 10 dólares a Richard como incentivo para que empiece su ahorro y cambie su vida. Era un lindo gesto, un poco raro, pero lindo gesto. Separó los 10 dólares, y nos acercamos a despedirnos. Richard también sentía una especie de cariño por nosotros ya. Un par de horas antes nos había ofrecido conseguirnos un taxi al aeropuerto por 500, y cuando nos acercamos a saludarlo nos dijo: “I will get you a taxi for 250”, sin llevarse nada él por la transacción. Duby le dio los 10 dólares, los cuales Richard rechazó varias veces, pero dada la insistencia de Duby terminó aceptando.

Nos acompañó a la calle, paró un taxi, y arregló por 250. Estuvo hablando un rato como medio enojado, y para mi le decía: “no se te ocurra cobrarles más de 250, que son mis amigos”. Una masa el Richard. Chau Richard, te vamo’ a estrañar.
El tachero nos dejó en el aeropuerto de Aleppo. Le pagamos con 300 y nos preguntó: “ok?”. Se refería a si podía quedarse con el vuelto. Ok las pelotas. Así eran todas las transacciones en Siria. De cada mango se querían quedar con algo. Insoportables. Mucho menos pesados que los marroquíes igual.
El aeropuerto de Aleppo parece una terminal de ómnibus. No se exactamente por qué. El tipo de asientos, los puestos de comida abandonados, la gente tirada con bolsos esperando quién sabe qué, calor… me tiré a leer las cartas de Groucho, mientras Duby intentaba sacar unas fotos espectaculares del atardecer. Afuera de alguna forma descubrieron que era argentino y empezaron a rodearlo varios tacheros y los pibes de limpieza del aeropuerto, a pedirle que les saque fotos, cagandose de risa todos, a preguntarle cuánto costaba la cámara, ofreciéndole pagarle lo que había dicho. Rara situación.

Yo adentro estaba leyendo, y veía entrar a los hombres con sus 3 mujeres tapadas y 15 hijos. Me los quedaba mirando perplejo. Las minas algunas tapadas completamente, otras con solo los ojos visibles (las más putas). Ya estaba bastante curtido, después de 2 semanas de viaje. Con barba, bastante sucio, descalzo, la mochila ya impresentable, la toalla afuera esperando secarse. Hecho un animal, digamos. Se me acercaron un nene de unos 10 años con una nena de unos 12 y se me quedaron mirando, parados a un metro mío. No me decían nada. Les sonreí y les dije “my name is pablo”, tocandome el pecho como para que me entiendan. “What’s your name”. El varoncito me contestó, e inmediatamente la nena formuló su pregunta en árabe, que no entendí. Insistió, y empezó a decir: “Halab?” y nombres de lugares. Le dije: “Argentina”. Apenas escucharon el nombre de mi país, se fueron corriendo. Los seguí con la vista. Corrieron hacia dos pibas de unos 15 ó 16 años, con burkas, pelo tapado, pero cara visible, y les dijeron en el oído de dónde era yo. Muy rara la situación.
Al rato fui al baño a prepararme para el viaje: a ponerme dos pantalones, dos buzos, separar lo más pesado en una bolsa de plástico (nueva técnica, no te dicen nada si tenés una bolsa de plástico aparte). Cuando bajé la escalera que conducía a los baños, veo a la nena que me había preguntado de dónde era. Nerviosamente corrió hacia una de las pibas, y le dijo algo al oído. Pasé a su lado, las saludé con un “hola” y se empezaron a reír. Para ellos yo debía ser como ver a un beduino con su camello subiendo las escaleras del obelisco.
Subimos al avión, y nos fuimos de Aleppo con destino Sharjah, Emiratos Arabes.
Es la primera vez que te veo tomar agua
ARE YOU JEWISH?
Gracias por nombrarme, la recalcada concha de tu madre!
de nada fedu. sabia que te iba a alegrar…
hello stupid soy sirio judio nacido en mexico nuevo leon y te digo algo imbecil lame huevos si yo hubiera estado ahi te hubiera sacado los intestinos o clavado una espada en el ano marica y como dicen aqui jotos
No entendí. Gracias igual por escribir.
Hola, por cuestiones de investigación familiar (genealogía) estoy buscando contactarme con David Ariel Bronstein, hijo de Isidoro y Esther.
Por si o por no, me gustaría, si es tan amable, recibir una respuesta.
Muchas gracias
Rolando
Le reenvié el mensaje a David. Saludos!