Dead Cities, Siria #7
Disfrazado en Pelotas Abajo avanzaba velozmente por Hama, con destino Dead Cities. Nuestra primera interacción verbal con el sujeto fue la siguiente:
– ¿Halab taxi bus? (traducción: ¿a Alepo van a ir en taxi o en bondi?)
– Bus (traducción: en bondi)
– Aaahhh (traducción: orgasmo)
Pasaron algunos segundos, entendimos la intención de Disfrazado en Pelotas Abajo, y le preguntamos:
– ¿Adesh Halab? (traducción: ¿cuánto cuesta ir a Halab en tu chatarra?, viejo verde)
– Desh fi (o algo así. Traducción: ¿cuánto tienen? / ¿cuánto quieren poner?)
– Ma baref (traducción: qué se yo)
– Baref, baref (traducción: sí que saben, no se hagan los giles)
– 2000 (traducción: 20 pesos)
Medio que acá quedó todo porque le ofrecimos muy poco.
Continuamos avanzando, yo todavía preocupado por haberle roto a Disfra el plástico del baúl, pensando cuánto me iba a cobrar, sin poder disfrutar mucho del viaje. Disfra manejaba velozmente por las rutas Sirias, por momentos demasiado velozmente, pegándose a camiones que si tocaban el freno nos íban a dejar hechos jaroset. Yo viajaba atrás; tenía el cinturón pero no el lugar para engancharlo. Se me ocurrió una técnica para colocarme el cinturón sin gancho, pero tenía miedo de romperlo y armar más quilombo con Disfra.
En una maniobra medio que clavó los frenos, empezó a pelearse con un colectivero en la ruta, encerrándose mutuamente e insultándose, y haciéndose una especie de fuck-you árabe (consiste en mostrar la mano con la palma hacia uno y el revés hacia el camionero, y mantener todos los dedos estirados menos el del medio un poco dobladito). En ese momento empleé la técnica del cinturón sin gancho y funcionó. No tuve la suerte de probarlo en un choque, pero por lo menos me sentía más seguro.
Primero fuimos a un museo de azulejos, o actrílicos, o algo así. Pedacitos muy chiquitos unidos que formaban dibujos copados. Estuvo bueno. Éramos los únicos turistas en todo el museo, así que teníamos nuestro propio seguridad personal para verificar que no saquemos fotos. De a poco nos fuimos haciendo amigos del tipo (tenía una cara muy graciosa), y nos empezó a dejar sacar fotos sin flash… después fotos con flash, después las fotos las sacaba él, y por último fotos CON él. Buena onda.


Volvimos a la entrada del museo donde estaba Disfra charlando con los del museo. Pasamos por al lado como si fuesemos sus jefes y le dijimos: “Iallah” (vamos) con tanta autoridad que el tipo dijo “Iallah, iallah” y vino rápido al auto. Arrancamos y Disfra estaba con otro humor. Empezaba a gritar los nombres de las ciudades sirias con un acento muy árabe. Nosotros repetíamos a los gritos también. Avanzamos dejando rastros de caucho en cada esquina del caliente asfalto, hasta llegar a Dead Cities.

Lo cierto es que pensaba que nos íbamos a encontrar con una ciudad reciente abandonada, o eso había entendido de la explicación de Duby. Tipo una ciudad al estilo El Planeta de los Simios. Abandonada en los 70. Era un delirio esperar eso. Obviamente más ruinas. No estaba nada mal de todas formas. Disfra nos dejó de un lado de las ruinas, y se llevó nuestros bolsos a una cafetería que quedaba al otro lado. Empezamos a caminar, casi seguros que Disfra no se llevaría nuestras mochilas. Salvo por la netbook que tenía las fotos, creo que no nos hubiera molestado seguir viajando mucho más livianos.
La Dead City estaba mejor que Palmyra, más completa al menos, hacía menos calor, y era más una “ciudad”. Se veían las casas, uno se imaginaba dónde vivían. Palmyra parecía más un gigante templo de sacrificios sin techo.

Terminamos de caminar y llegamos a la cafetería, donde pedimos unas gaseosas y nos sentamos a contemplar… a contemplar nada, nos quedamos mirando cómo hablaban todos los choferes en árabe y les poníamos palabras a sus diálogos. Uno se agarraba la mandíbula porque parecía que le dolía y uno de nosotros doblaba: “Es que me duele mucho la mandíbula del pijazo que me comí ayer”. Nos divertimos fácil.
Al rato le dijimos a nuestro chofer “Iallah” y seguimos viaje. El próximo destino era como otra Dead City, pero más chiquita. Caminamos un poco, nos pusimos a mear en las ruinas con bastante temor de ser descubiertos e ir presos en Siria por dañar ruinas históricas.


Caminamos y nos trepamos por una pared ruinosa de piedras gigantes, donde había dos pibes de unos 14 años pastores de ovejas. Controlaban el rebaño desde ahí arriba. Estuvimos un rato largo contemplando lo que sería un potencial atardecer dentro de pocas horas, viendo las ovejas.

A Duby le agarró una paranoia importante y creía que una de las ovejas era Dios. Según él, la oveja tenía ojos claros (o un ojo más claro que el otro, no me acuerdo) y que cuando le intentaba sacar una foto desviaba la mirada, para que no queden evidencias de que se trataba de Dios. Creo que se está volviendo loco.



A lo lejos mirábamos a Disfra, parado al lado de su Merdeces, perdiendo la paciencia. Nos miraba ahí sentados sin hacer nada, y el pobre viejo se quería ir a la casa. Empezó a hacernos señas diciéndonos que bajemos, que nos vayamos, y nosotros nos hacíamos como que las interpretábamos como saludos, y sacudíamos las manos saludándolo amistosamente. Eso lo ponía más nervioso, e incrementaba las señas para que nos vayamos, y nosotros incrementábamos las de saludar. No sabemos si se cansó o si se dio cuenta que lo estabamos jodiendo, pero la cosa es que dejó de mirar en nuestra dirección y prendió fuego nuestras mochilas.
Bajamos de la pared gigante, y nos subimos al auto. Disfra pisteó nuevamente por las calles de la Dead City, subió a una autopista, y nos terminó dejando en la mitad de la ruta. Señaló un puente que pasaba sobre la ruta, y del otro lado algunas combis. Nos dijo: “Halab”. Ok, entendimos. Bajamos las mochilas del baúl, y nos pidió propina. Lo miramos con nuestras mejores caras de boludos (nos salió bastante fácil para ser sincero), y el tipo señaló el plástico que le rompí. Le dije: “Plastic…plastic balash” (traducción: Es plástico, el plástico es barato). No se qué dijo, pero le terminamos dando tipo 5 pesos de propina, y nos fuimos.

Atravesamos el puente en medio de una ruta de Siria. Arriba, se me cayó la botella de litro y medio de agua y rodó hasta el borde del puente. Por suerte no cayó sobre ningún auto de la ruta y llegué a agarrarla. Copado accidente hubiera provocado.
Del otro lado del puente preguntamos por Alepo, averiguamos precios, y nos subimos a la combi. Hubo que esperar que se llene. Adelante nuestro viajaban algunos árabes con turbante, y un policía. A mi derecha Duby, y a su derecha un kurdo. Duby miró al policía, me miró, y amagó con darle una palmada durísima en la nuca. Ambos reímos mucho imaginando la situación, cuando nos dimos cuenta que no éramos los únicos que reíamos. El kurdo a la derecha de Duby lo había visto hacer el gesto de golpearle la nuca al policía, y por suerte también reía. Copado hubiera sido que le toque el hombro y le diga: “estos pibes están jodiendo con darte una cachetada en la nuca”.

jajajaja muy bueno
la foto de mi amor(dudy) subiendo la pared de piedra, es como la de africa subiendo a la duna. salvando las diferencias
loco,nombrame otra vez en tus relatos que me pone contenta
serdi.
acá vale?
che dana en vez de estar buscando trabajo en este pais que me albergara por 4 meses me la paso colgada leyendo tus mails dejame de joder ok, hace un libro y despues regalamelo.
por otro lado cuando vas a israel? avisame asi lo conoces a Or, dale chabon!!!!!!!
ahora que lo pienso ni se si vas a leer esto… mil besos volve que para ese entonces sigo estando aca y se supone que Ilo tambien! te digo volve pero si podes quedate.
sí, los leo.
me encanta cuando me dejan comentarios.
decile a tu vieja que los lea y te los cuente, más fácil.
el año que viene hago con mi viejo y natidana líbano y talvez vamos a la prometida… ahí lo puedo conocer. él se fue para costa rica?
beso.