Etosha #5
Manejar del otro lado es igual, pero al revés.
Tengo dos perros gran daneses alrededor mío, dos auténticos caballos.
Duby está en la pileta, recuperándose de unos arañazos de león (es broma).
Sigo con Etosha, pero antes déjenme decirles que los últimos 4 días fueron una completa locura. Calculo que no alcanzaré a relatar la locura en este mail, pero a partir de Livingstone… todo se vuelve más… loco.
Clareó y por fin veíamos animales en su hábitat. Etosha es un parque, como todos los de acá, en el que está prohibido interactuar con los animales… esto significa darles de comer, tocar bocina, poner música fuerte, gritarles. La onda es que estén en la suya, y vos pases y los veas vivir su vida normal: los leones se comen a los bambis, las jirafas comen árboles desde la parte de arriba, los elefantes.. bueno, lo que sea que hace un elefante.
Recorrimos casi desesperados buscando leones, y empecé a entender el juego de los Game Parks (estos parques donde hay animales sueltos). El juego es buscarlos, ir mirando entre la maleza, con mucha atención, y frenarte cuando ves algo más o menos marrón porque crees que es un león… pelar los largavistas de Duby, y empezar a buscar esa mancha gris a ver qué carajo es. Lamentablemente, esa mancha gris siempre era un bambi de mierda. Al principio nos quedabamos ahí un rato rezandole a dios por que mande un león a comerse a ese puto bambi. Estabamos podridos de bambis. Manadas de 200 bambis, 300… al costado de la ruta. Un lindo paisaje, pero cuando uno quiere ver leones, la verdad es que el único consuelo habría sido encontrar una ametralladora.
Las jirafas sí que valen la pena. Son unos bichos muy copados, que se mueven raro, y por más que son altísimas se asustan un toque si te acercás, y corren de una forma muy extraña, como en cámara lenta. Vimos muchos avestruces también, que posta nos hicieron acordar mucho a Dazo. Ya habíamos visto avestruces camino a Sosusvlei igual.. se escapaban del auto cuando nos acercabamos con pasos larguísimos, agitando el cuello de adelante hacia atrás, sin brazos (brazo muerto). De la familia de los Dazziguis Avestruzis. Pip Pip.
Vimos un animal típico de Namibia que creo que es el que está en la bandera… como un antílope con cuernos grosos. Algún que otro jabalí… un búfalo a lo lejos.
Volvimos al campamento a almorzar. El sentimiento en los campamentos es de por sí muy raro, porque es un lugar en medio de la selva – el único lugar – en el que estás protegido de los animales. Es raro no poder bajarte del auto ni para mear, salvo cuando estás en el campamento. Uno siente una sensación de paz muy rara al poder caminar a salvo. Igualmente es raro, porque los campamentos no tienen las puertas cerradas durante el día. Dicen que si un león se acerca los guardias de seguridad lo espantan, pero lo cierto es que en las puertas no hay ningún guardia de seguridad! Creo que los leones saben muy bien dónde pueden meterse y dónde no. Un predio de paredes grises cerrado no parece ser el lugar más seguro para un león.
Sacamos nuestras sillas plegables tipo de director (que venían con nuestra super 4×4), la garrafa de gas, arroz, unas albóndigas, algo de queso que se estaba por echar a perder, y a cocinar. Muchas ardillas nos rodeaban, y desobedeciendo a las reglas de dejarlas vivir su vida, las invitamos a compartir nuestro arroz. Mientras lavaba, veíamos cómo un pajaro agarraba algunos arroces que quedaron en el piso, y se los colocaba en la boca a su hijito pajarito. Lo hizo un par de veces hasta que Duby le reventó una sartén en la cabeza al pajarito y se comió a la madre. Está engordando mucho.
El almuerzo nos tumbó (en pamplona me han pegado, pero nunca me han tumbado), y nos fuimos a la pileta. Entramos al agua, nos refrescamos, y nos tiramos en las reposeras. No habíamos pagado esa noche, y no teníamos idea si estabamos autorizados a estar en esa pile, pero poco nos importaba. Dormimos una de las mejores siestas del viaje, y cerca de las 16 horas decidimos salir de nuevo a cazar animales con la mirada.
En esta segunda excursión incursionamos hacia el lado del otro camping, situado a 70 kilómetros del primero (en el que usamos la pileta). Ibamos atentos por el camino buscando a los malditos leones o a algún puto elefante. Yo ya llevaba casi una semana en Africa y todavía ni un elefante. Maldición. Hicimos casi todo el camino viendo los mismos animales que a la mañana. Ya me recordaba al amazonas, esperando ver monos, ballenas y cocodrilos, y viendo solamente vacas y perros. Putos brazucas.
La vista de Duby nos permitió divisar a un kilómetro sobre la savana africana una mancha marrón. No sabíamos si era un león, un bambi, o un pedazo de mierda gigante. Sacamos los largavistas, y todavía no alcanzabamos a discernir. Acercarnos era imposible porque estaba muy fuera del camino, había rocas, y estaba demasiado prohibido (con esto quiero decir que casi seguro nos iban a ver haciéndolo). Por los movimientos del bicho, lentos, felinos, supusimos que era un león, pero lo cierto es que no tenemos idea.
Seguimos viaje hacia el segundo camping. No me acuerdo los nombres ahora.. son todos africanos, pero es el camping del medio. 70 kilómetros, yendo a unos 30 km/h por la concentración de buscar leones. Unas dos horas viendo bambis, ilusionandonos al pedo. El paisaje por momentos se abría y era impresionante… kilómetros de naturaleza… y algún árbol colocado en el medio como por un diseñador de exteriores. Pero la mayor parte del camino era bosque cerrado.
Nuestro principal problema era la época en la que decidimos viajar. Estamos en la raining season (no tengo idea si ya les conté esto en otro mail). En la época seca todos los animales van al lago a tomar agua… están obligados a nuclearse todos ahí, y vos tenés que acercarte al lago y mirarlos. Es bastante más fácil. Por otra parte hay mucho menos verde, menos árboles, y por lo tanto ves a mucha más distancia. En la raining season los animales pueden tomar en cualquier parte, y se pueden esconder a 10 metros de donde vos estás, atrás de un árbol, y no los vas a ver nunca.
Llegando al segundo camping, Duby logra divisar unos 10 elefantes a no se… 1 kilómetro, 2 kilómetros. Se veían unas manchas grises que se movían en sentido opuesto a donde estabamos. También inaccesible el camino. Una pena, pero por lo menos habíamos visto una manada de elefantes a lo lejos.
El segundo camping cerraba a las 19 horas, eran las 18.30 y todavía faltaban unos kilómetros. Supusimos que no nos iban a dejar afuera en medio de la selva, así que no nos apuramos tanto. Igualmente creo que llegamos en el límite. Tuvimos que pagar medio obligados por un segurata esa noche, y armamos la carpa. Lo de la carpa en el techo es muy cómodo la verdad, pero tiene un problema importante que es que si querés usar la camioneta en cualquier momento, tenés que desarmar la carpa… lo cual lleva cerca de 20 minutos… y volver a armarla otros 20 minutos. Armamos todo, y fuimos a llamar al viejo de Duby y a Zetu por sus cumples (11 de Febrero). A la pelota, fue hace 9 días… qué atrasado estoy.
El restaurante ofrecía por 15 dólares yanquis comida libre de lujo… mil bandejas con mil opciones… nos sentimos muy tentados pero creímos que todavía no estabamos como para la comida de lujo del viaje.
Volvimos al campamento e hicimos unos fideos que quedaron bastante buenos. Despues de lavar, fuimos a conocer el Water Hole. Fue una caminata de unas 10 cuadras, acompañados por un segurata buena onda. No veíamos nada, ibamos en ojotas con miedo por los escorpiones. En un charco de barro Duby se resbaló y quedó empapado de barro, una paja. Me salpicó bastante también a mi. Llegamos al Water Hole, que más bien era el mirador del Water Hole. Unas sillas a unos 10 metros de altura desde donde se podía ver el exterior del camping, en donde había un pozo de agua a donde los animales se acercaban por la noche a tomar algo. Teníamos bastante sueño, y había muchos bichos, así que estuvimos solamente 20 minutos, en los cuales vimos a una hiena que parecía herida (caminaba raro) acercarse a tomar agua con mucha fiaca, y alejarse hasta perderse en la maleza.
Nos fuimos a dormir. A las 6 am nos despertamos. Las puertas del caming habrían a las 6:45, y es uno de los mejores horarios para ver animales copados. Parece que los leones salen a cazar de noche, y talvez en el amanecer te podías cruzar con alguno. Manejamos bastante, y vimos los mismos animales de siempre. La puta que los parió, putos leones. Si son depredadores, ¿no deberían esconderse los bambis y los leones caminar lo más panchos? Esa noche teníamos pensado dormir en el 3er camping, pero la verdad es que estar todo el día metidos en el auto buscando leones… si bien sería genial cruzarnos con uno, las chances eran muy remotas, y no queríamos perder un día de viaje sin ver nada. Decidimos irnos. Hicimos una escala en el tecer camping para conocerlo, cambiamos el horario de entrada para que nos cobren un solo día y no dos (para no pasarnos de las 24 horas), y salimos de Etosha.