Tarea 01: Observación: Tejo
Un hombre de unos 80 años, pasa caminando a mi lado con una petaca de Whisky en la mano. No tiene pinta de borracho, si bien son las 17hs de un jueves. Es increpado por otro hombre de 50 años, que toma vino con soda: “¡Eso no puede ser ahora todavía! ¡Es muy rápido! ¡No le de fuerte! No le de seguido porque le va a hacer mal de vuelta”. El del whisky replica, señalando el whisky con la mirada: “Me lo dio el médico éste”, y luego cuenta una historia que no alcanzo a escuchar, la cual hace reír al del vino con soda, quien agrega: “Difícil que un médico le haya dicho eso”.
El de la soda con vino acaricia a un perro. Enfrente, a pasos nomás, unos viejos juegan al tejo. El del whisky me dice: “Tenés que tener cuidado porque se te acerca el perro, ve lo que estás escribiendo y sabe leer”.
El de la soda con vino ríe fuertemente por algún suceso que tardo en reconocer. Afortunadamente, aclara: “¡Le tiró al compañero!”. Se refiere a uno de los jóvenes que juegan en la cancha de al lado. Las canchas son 4. En las dos ubicadas en forma contigua, juegan los viejos. En las que están alejadas por la longitud de la cancha, juegan los jóvenes, unos muchachos de entre 20 y 30 años. El de la soda con vino bromea respecto a lo ocurrido, y le repite al joven: “¡Le tiraste a tu compañero!”
El del whisky tiene zapatos y pantalón de vestir. Arruinados ambos. Los zapatos de cuero llenos de tierra; el pantalón roto en su base. Lleva también una campera deportiva de los años 80, con cierres para desmontar las mangas. El de la soda con vino y el del whisky hablan de gramos, verduras y precios, con un acento definitivamente no porteño. Poco tiempo después escucho a un hombre de unos 40 años referirse a uno de ellos como “el jujeño”. El del whisky es pelado, canoso, de bigotes, y lleva el pelo planchado hacia atrás. No por gomina pero sí por la insistencia de planchárselo continuamente con la mano derecha.
“Mirá vos, tiene más culo que cabeza”, grita un hombre de 40 años que juega con los viejos, luego de una jugada fenomenal por parte del equipo de las blancas. Una jugada innecesaria puesto que la partida estaba ganada, pero en un soberbio gesto, uno de los viejos clavó la última blanca al lado del bochín. El de 40, 30 años más joven que el resto, parece querer tomar una especie de posición de liderazgo en el grupo. Habla en voz alta, jode a los viejos, se cree el “joven piola”, tira el tejo mientras fuma con los ojos entrecerrados, mientras piensa: “el mundo es mío”.
El tronco donde se sentaban los jóvenes a esperar su turno se parte y terminan todos en el piso. El hombre de 40 años que jugaba con los viejos saca una regla para medir la distancia del bochín a 2 fichas cercanas.
– ¿Hace falta que midas? Si Mario dijo…
– ¿Y quién es Mario?
Luego de la medición, uno de los viejos le da indicaciones al de 40 años:
– Clavá ahí.
– Yo no clavo más.
– Si vos no clavás a tu edad…
Y luego grita: “¡¿Qué pasa con el sentimiento!? ¡¿No hay sentimiento acá?!”
El viejo clava la ficha al lado del bochín, y el de 40 acota: “Sin piedad juega. Acá no hay lazo de sangre, ni familia, nada.”
Los jóvenes, al necesitar reparar el tronco caído, se llevan uno gordo, de corta altura, para usarlo de base para el largo. Lo toman de al lado de los viejos, haciéndolo rodar. Uno empieza a gritar desquiciado: “Ey! Pibe! Eso es de acá pibe!”. El viejo lleva la camisa dentro del pantalón, una gorra para el sol, y una regla en la mano, con la cual acusa al joven , mientras lo persigue lentamente, de robarse un tronco del sector viejos. “¿A dónde van con eso?”. El joven, sin prestarle mucha atención, replica: “Ahí te lo llevo”.
Llega el turno de tirar de Charlton Heston, un viejito idéntico al actor. Tiene una chomba roja de mangas largas arremangadas, metida dentro de un jogging Adidas. Tira, y la clava magistralmente al lado del bochín, sacando muchas de las fichas enemigas de alrededor. Se queda suspendido en una pose actoral, mientras el bochín, en cámara lenta, se acomoda junto a la ficha que acaba de tirar.